Cuando se pierde la articulación de intereses, las alianzas se rompen.
A lo largo del 2012, el oficialismo y los hermanos Alejos sostuvieron un matrimonio de mutua conveniencia. La bancada Todos, liderada por Roberto, se convirtió en el aliado incondicional del Patriota, y sus votos permitieron impulsar la agenda del oficialismo. A cambio, el Gobierno prorrogó los contratos de medicamentos que beneficiaban a JI Cohen, empresa asociada a Gustavo. Incluso, la residencia que alquila para habitación el presidente Pérez es propiedad de la familia Alejos.
No obstante, en un sistema patrimonial como el guatemalteco, las correlaciones de fuerza y las alianzas no son más que el reflejo de la capacidad de consensuar la repartición de negocios y cuotas de poder. Las aspiraciones electorales contribuyen a debilitar los consensos; y una vez se pierde la capacidad de articular la repartición de intereses, las alianzas se rompen. Esta es la historia de la ruptura entre morados y naranjas.
El anuncio de la precandidatura de Roberto debilitó la alianza, puesto que su interés electoral le obliga a marcar distancia de un Gobierno que acumula desgaste. La oposición a la Reforma Constitucional, las disputas sobre la Reforma Electoral y el cuestionamiento a los métodos legislativos del oficialismo evidenciaron las primeras fisuras. La ruptura, en cambio, ocurriría producto de una disputa patrimonial. Los rumores acerca del interés oficial de canalizar parte de los recursos de los bonos para la campaña 2015, empujaron a Todos a manifestarse contra el endeudamiento. Menuda noticia. Sin sus votos, el panorama para el Patriota se pinta muy adverso.
La respuesta del Gobierno no se hizo esperar. Primero, Pérez Molina anunció que impulsaría acciones penales contra exministros de Comunicaciones responsables de adquirir deuda sin respaldo presupuestario. Casualmente, uno de los sindicados sería Luis Alejos, primo de Gustavo y Roberto. Acto seguido, el Gobierno suspendió la compra de aviones Super Tucanos, aludiendo la sobrevaloración de los mismos, en un evento aparentemente sin relación directa. No obstante, no olvidemos que uno de los artífices de la negociación fue Gustavo Alejos, cuando fungía como secretario privado de Álvaro Colom. También resuena el nombre de los Dalton, empresarios cercanos a Todos y propietarios de Disagro, representante local de la línea privada de Embraer, empresa brasileña que fabrica los Super Tucanos.
La aspiración del Gobierno es recurrir al chantaje patrimonial para reconfigurar la alianza legislativa con los morados. Pérez Molina sabe que sin Todos la gobernabilidad en el Congreso se complica. ¿Será posible desarrollar un combo de bonos, aviones y pago de obra que rearticule el balance de poder en el Congreso? Esa es la pregunta del millón.
Publicado el 06 de Agosto del 2013 en www.elperiodico.com.gt por Phillip Chicola http://elperiodico.com.gt/es/20130806/opinion/232251/
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