Torres y pobreza

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JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

La pobreza que aqueja a la mayoría de guatemaltecos no ha sido “impuesta por los ricos”. Es una condición innecesariamente prolongada por “dirigentes sociales” que viven de mantener a la gente en las peores condiciones. Los manipulan haciéndoles creer, por ejemplo, que con venir a manifestar a la capital lograrán superar su pobreza. Es un drama que se vive todas las semanas y garantiza la prosperidad de la “dirigencia” a costa de la pobreza del resto. La última de esas manifestaciones ocurrió la semana pasada. Supuestas “organizaciones campesinas” vinieron a manifestar en contra del plan de expansión del transporte de energía eléctrica. Dicen que “no los tomaron en cuenta” y, por lo tanto, impiden la instalación de nuevas torres de transmisión. Ojalá uno pudiese ser tan ingenuo como para creer que, si tan solo fueran “tomados en cuenta”, se podría continuar mejorando el sistema de distribución eléctrica del país. Sin embargo, es tan solo una excusa para lucrar manteniendo al resto de la población a oscuras. Una extorsión de la “dirigencia campesina” para tener al desarrollo social como rehén.

Es un insulto a la inteligencia de esa “dirigencia” decir que desconocen las circunstancias de aquello a lo que tanto se oponen. Los datos del sector eléctrico dicen que hay 17 proyectos de generación suspendidos por “conflictos sociales”. El costo de oportunidad para todos los guatemaltecos es más de medio millón de megavatios de energía no generada. El mal estado de la red de distribución provoca pérdidas de energía por más de Q850 millones al año. Con eso, un millón de hogares tendrían electricidad durante un mes. Amén de que estos “dirigentes sociales” avalan el robo de más de Q100 millones anuales en electricidad que “puentean” para manejar, ellos mismos, su sistema de cobro “privado”.

Así que el tema de que “no den permiso” para colocar torres en sus “territorios” es novedoso solamente porque es una nueva forma de sometimiento de los pobres. La legislación guatemalteca siempre ha contemplado y regulado la manera por donde pasan las torres de energía que vemos por todo el país. Se crea una “servidumbre” que contempla una compensación económica al propietario de la tierra a cambio de ciertas restricciones razonables en cuanto su uso. Guatemala no las inventó. Existen en todas partes del mundo.

No lo quieren ver así los “dirigentes sociales” y tampoco el procurador de los Derechos Humanos, que se disparó una resolución condenando el plan de expansión de distribución. ¡Agarren al loco! Porque esa oficina se ha dedicado a condenar las alzas en la energía eléctrica en el pasado y ahora, con esa resolución, contribuye a su encarecimiento.

Así están las cosas y por esas actitudes es que nuestro país no sale de la pobreza. Tener electricidad es condición necesaria para el desarrollo. Quien no lo quiera ver así, es cómplice de mantener a millones de guatemaltecos en el oscurantismo. Ciertamente no les conviene el cambio porque se les acabaría su negocio: usar la ignorancia de otros para lucrar con ella.

Publicado el 11 de marzo de 2014 en www.prensalibre.com 
http://www.prensalibre.com/opinion/Torres-pobreza_0_1099690044.html

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