En un comunicado, el administrador apostólico de la Arquidiócesis de Guatemala emplaza a las hermandades y cofradías para que presenten propuestas de nuevos estatutos. La Arquidiócesis de Guatemala estableció un plazo de 60 días a las hermandades, cofradías y asociaciones de piedad popular para que presenten en cancillería arquidiocesana las “propuestas de creación o actualización de los estatutos de todas esas entidades eclesiales” a fin de que sean reconocidas y aprobadas por la Arquidiócesis.
El mandato se publica después de que se venció el plazo de la presentación de las propuestas de esos estatutos establecido para el 31 de mayo último, sin que se tuviera respuesta, “lo que conllevaría al no reconocimiento ni aprobación de esas asociaciones por parte de la Arquidiócesis”.
Esos documentos deben presentarse en original y dos copias, a fin de que una comisión especial pueda analizarlos y darles el visto bueno para su aprobación, dice el texto.
“Quienes no cumplan con esta obligación serán sancionados con el envío de sus nombres a la Gobernación Departamental y municipalidades correspondientes, de modo que se desconozca su activiad como parte de la Iglesia Católica y estén impedidos de realizar cortejos procesionales”, advierte el comunicado.
La Arquidiócesis también ordenará a los párrocos, rectores y capellanes, el cese y prohibición de toda actividad de esas agrupaciones dentro de los templos.
Estos estatutos tienen su base en el decreto 60-03-17, promovido por el fallecido arzobispo Julio Vian Morales, que regulan aspectos básicos de las agrupaciones religiosas, sus normas y lineamientos, especialmente en aspectos como organización (juntas directivas y organigramas, entre otros) y administración económica (manejo de bienes y fondos).
En el 2014, Vian Morales reprendió a varias organización por los derroches y poco control en sus gastos, lo que obligó a la conformación de los estatutos, respondiendo a las ordenanzas del papa Francisco, a través del nuncio apstólico Nicolás Thevenin.
Las cifras del costo de las andas de algunos cortejos procesionales, que según Vian Morales escandalizaban, y más aún lo que podía llegar a costar un turno privilegiado y lo que las hermandades recibían en ese concepto, sumado al desconocimiento de cómo se utilizan esos fondos, obligó al arzobispo metropolitano a ordenar auditorías a las arcas de esas organizaciones religiosas.
“Se confiaba en la buena voluntad de todas las hermandades. Se suponía que si era una cosa buena, de la Iglesia y buenos cristianos, eso caminaba bien, pero ahora hemos visto que parece que no. Eso cabalmente no les ha gustado mucho, pero es necesario que tengan su auditoría para saber a dónde van todos los fondos que se sacan de las procesiones y, sobre todo, las hermandades”, dijo entonces Vian Morales.
Con el actual mandato de la Arquidiócesis, el administrador apostólico da continuidad al esfuerzo de transparencia y orden que impulsó monseñor Vian Morales, arzobispo 36 de Guatemala, fallecido el 24 de febrero último, después del padecimiento de un cáncer.
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