El General se disparó en el pie

La amoralidad, la ausencia de escrúpulos, la desmedida ambición y la gigantesca propensión hacia la corrupción de nuestros gobernantes de turno no tiene límites. La desesperación de Pérez Molina y su banda de asaltantes de colección, ante la imposiblidad de lograr la aprobación de la maloliente emisión de bonos por Q. 3.5 millardos para pago de deuda espuria, ilegal, inmoral, irresposable e inconsecuente, lo llevó a chantajear a la oposición, alardeando, con la amenaza de que abrirá investigación criminal a los ministros de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda de los gobiernos de Berger y Colom, cosa que debió hacer desde el primer día de su gestión  con seriedad y no como una simple extorsión política, típica de los tiempos militares trogloditas que estamos vivendo.
No contaba con que esta vez hay un Ministerio Público independiente que le tomó la palabra e investigará a todos estos ministros de ese barril sin fondo, que los chapines conocemos como el CIV. De entrada, uno de los investigados es uno de los viceministros de este pestilente Gobierno, de nombre Miguel Cabrera, quien debería retirarse del cargo mientras es investigado.
La perversa iniciativa que presentó el Ejecutivo incluyó también la contratación de multimillonaria deuda externa y una modificación presupuestaria que llevará la deuda del CIV a Q7 millardos (Q. 7,000,000,000) al diez por ciento, en una coyuntura internacional, que permita contratar préstamos a menos del uno por ciento. Toda esta borrachera de millardos para meterse en la bolsa alrededor de Q700 millones.
Otto Pérez es uno de los únicos tres militares que han sido mis amigos. Él y otros 20 amigos civiles han sido mis amigos entrañables, mis amigos del alma. Ahora entiendo que los civiles abrimos el corazón, mientras que los chafas como Otto, son fríos y siempre están trabajando. Cuándo lo empecé a saber: en marzo del año pasado, cuando junto a otro amigo y Otto Pérez Molina almorzamos en mi vieja y querida casa de la zona 12.
Otto me pidió que no criticara a su gobierno y menos aún a su “Talón de Aquiles”: la gruesa de la Vice. Me ofreció la impresión de libros que supera los Q70 millones por año, y publicidad oficial. Opté, con profundo cariño y respeto, por sugerirle: no roben y no abusen del poder y yo no tendré nada que publicar ni de tu gente y ni de la Vice. Dieciocho meses después, con tristeza y decepción, debo decir que han colapsado las enormes expectativas y el respeto que tenía por el amigo; mi voto ha quedado frustrado una vez más, elPeriódico ha sido boicoteado comercialmente, al extremo que nos han retirado Q12 millones de publicidad, el más pequeño de mis hijos ha tenido que salir al exilio. Sin embargo, como suelen decir, si es necesario, voy a morir con la botas puestas. Otto: no tiene sentido ser el hombre más rico del cementerio, uno muere y no se lleva nada material, además, que tanta voracidad denota mala educación.

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