Dieciséis desterrados de su reducto

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Guatemala ya merece ser salvada del poder de tanto sátrapa.
 
Las resoluciones dadas por el Tribunal Supremo Electoral que excluyen a 16 diputados de tomar posesión de sus respectivas curules, el próximo 14 de enero, podrían convertirse en una decisión trascendental de ese Tribunal, para el rescate de la democracia y la dignificación del Congreso de la República. Se trata de excluir, a los sujetos que zafiamente llegaron a ese Organismo a servirse del cargo de representantes de sus electores y, contrariamente, lo utilizaron para servir a sectores particulares o, como sucedió en la mayoría de esos casos, aprovecharon el poder para enriquecerse venalmente traicionando su papel y sus funciones.

Si la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Constitucionalidad resuelven apegadas a los preceptos constitucionales y de la ley de ese Tribunal y de Partidos Políticos serán desvirtuados todos los argumentos que los exdiputados presenten, puesto que con el descaro con que protagonizaron sus abusos dejaron también huellas y sombras para comprobarles todas las faltas de las que se les acusan. El único que cometió un error y no encadenamientos de acciones lesivas al desempeño de sus cargos, es el hijo del Vicepresidente electo quien participó desconociendo los resultados de la contienda electoral.

Naturalmente, algunos de ellos estarán ya consultando a los abogados expertos en manipular los vericuetos de las normas y leyes, para hacerlos aparecer, ante los tribunales, como niñitos de primera comunión, o como los padres de la patria que permanecieron en el recinto trabajando incansablemente por el beneficio del pueblo. Pero eso sería el acto más burdo y falso que cualquier abogado del equipo de los “Salva Delincuentes” se animaría a orquestarlo argumentando que: “Nadie le puede limitar a otro su libre derecho de participar, y que si tenían algún impedimento, porqué no se los dijeron antes”. Que los tribunales que juzguen los casos le den validez a tales subterfugios, sería condenarnos, nuevamente, a que uno de los tres organismos que sostienen el Estado siga siendo pilar para que mafias y mafiosos lo dirijan.

Algunos se valieron del tráfico de influencias políticas para beneficiarse otros, están siendo señalados como lavadores de dólares otros, de lograr nombramientos y beneficiarse por miles de quetzales con el salario de las plazas fantasmas otros, utilizaron la diputación para lograr millonarios contratos con otras instituciones del Estado, como el IGSS, por ejemplo. Una diputada que se creía la “Muy Muy”, pero teñida, está siendo señalada de tráfico de influencias y cohecho activo otros, son señalados de abuso de autoridad, de tentativa de homicidio y hasta un temerario agresor físico. ¿Qué grado de honestidad y trayectoria profesional le otorgaría usted a estos sujetos que ya se beneficiaron de su indecorosa posición?

Como lo han demostrado, en la mayoría de los casos de corrupción que les ha tocado resolver, confiemos en que la Corte de Constitucionalidad, la Corte Suprema de Justicia, sus salas, magistrados y jueces razonen por la ley, no por las influencias políticas que todavía emiten estertores y mueven sus tentáculos para empujarnos nuevamente al abismo en que las redes mafiosas nos han sujetado, por tradición. Guatemala ya merece ser salvada del poder de tanto sátrapa.

Publicado el 27 de noviembre de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Silvia Tejeda 
http://elperiodico.com.gt/2015/11/27/opinion/dieciseis-desterrados-de-su-reducto/

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