No perdamos el Norte

La ciudadanía sigue dando muestras de mucho civismo, a pesar de que está librando casi en solitario su lucha por un gobierno y un Estado decente, liberados de la corrupción y la impunidad. Es vital que no desmayemos y nos mantengamos enfocados.

Pocas cosas nos unen, pero hay dos en las que la gran mayoría estamos de acuerdo ahora: ¡NO más corrupción ni más impunidad! Debemos unir fuerzas alrededor de ese mínimo común y mantenernos firmes y constantes. Difícilmente rescataremos nuestro país si dispersamos o multiplicamos nuestras demandas en este momento, por legítimas que sean. Ya vimos claro que los corruptos son sordos a conveniencia.

Hay que recordar que la corrupción y la impunidad son herramientas que han servido siempre para perpetuar esta sociedad de privilegios; mientras los corruptores eran poquitos, les servía para mantener bajo control a quienes les servían para preservar el statu quo para ellos. Pero, en los últimos 30 años, el uso de estas herramientas se “masificó”; los corruptos aprendieron la lección de sus corruptores, superaron a los maestros y terminaron por independizarse y emplear los mismos mecanismos que aprendieron.

Algo tan arraigado, no se pude erradicar con ocho semanas de plantones ciudadanos. ¡No desmayemos! Son cambios de fondo los que queremos. Por tanto, se requiere unidad, perseverancia, objetivos claros, estrategia y una ciudadanía consciente y activa.

Además, sabemos lo que queremos. Cuatro hashtags sintetizan brillantemente nuestra agenda; Ninguno tiene como prerrequisito pertenecer a determinada ideología, ni procedencia social ni territorial:

#RenunciaYa: Mientras haya un presidente y un gabinete que parecen salidos del cuento de Alí Babá y sus 400 ladrones, no hay manera de comenzar de nuevo. Habiendo un vicepresidente ya en funciones, su salida no significa rompimiento institucional, como no lo fue tampoco cuando salió la exvicepresidenta, quien sí es un verdadero polo de poder en el Estado. Si el poder real se fue y no pasó nada a la institucionalidad, menos si salen el presidente y su gabinete ahora.

#JusticiaYa: Los funcionarios sospechosos de hechos de corrupción y/o enriquecimiento ilícito deben ser investigados y juzgados; de hallárseles culpables, deben ser sentenciados, devolver lo robado y resarcir a la sociedad por los daños y perjuicios causados.

#ReformaYa: La salida del presidente y su gabinete recuperaría la legitimidad simbólica de la institución de la Presidencia, pero se requieren reformas legales de fondo para que pasemos del clientelismo a una democracia de ciudadanía y a un Estado que realmente nos sirva a todos. Hay ya una agenda legal: la encabezan las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Estas solo pueden darse producto del consenso ciudadano y ese se está forjando en las calles. Al Congreso solo le toca acatar, pues tampoco tiene legitimidad para otra cosa.

#RevelaYa: El nuevo ethos político debe estar marcado por una práctica ética intachable orientada hacia el bien común; probidad y transparencia en el ejercicio de la función pública. Significa también agarrar por los cuernos a la Contraloría General de Cuentas y sacudirla fuertemente para que cumpla su papel.

Esto resume el proyecto político ciudadano, que cada día adquiere más contenido. Por eso es tan resistido; significa arrebatar la política de la mano de los corruptos y restituirla a quienes corresponde. Significa establecer un nuevo balance en la ecuación entre actores. ¡Lograrlo no será tarea fácil, pero no es imposible. ¡Súmese ya!

Publicado el 17 de junio de 2015 en www.prensalibre.com por Karin Slowing
http://www.prensalibre.com/opinion/no-perdamos-el-norte

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