Hace dos años el asedio hacia conductores de la ruta 32 se intensificó al surgir cuatro grupos de extorsionistas y exigir dinero por pasar en “sus territorios”. Transportistas relataron que el ataque con bomba el lunes pasado…Seis autobuses de la ruta 32 estuvieron estacionados ayer martes en la 14 calle e ingreso al cementerio la Verbena. Estaban fuera de servicio, debido al atentado con bomba que ocurrió el lunes pasado. Los conductores y ayudantes estuvieron reunidos por la mañana en ese estacionamiento y se les notó nerviosos, no brindaron declaraciones a la prensa por temor a represalias.
Los autobuses están deteriorados y muchos vecinos de la Verbena señalan que el servicio de transporte en esas unidades es irregular.
El fenómeno de la extorsión en la ruta 32 no es nuevo y los transportistas recuerdan que desde hace 15 años se paga, pero “cambió la forma en que operan los extorsionistas” y aumentó la cantidad de cuotas que exigen.
Transformación de la exacción
En el 2004 los conductores de esas unidades pagaban Q100 semanal -por autobús- cada semana a un grupo de extorsionistas -de la pandilla 18- y en el 2007 surgió otro grupo criminal -de la pandilla Mara Salvatrucha- que empezó a exigir el pago de la exacción.
“En esos años estábamos muy asustados porque no sabíamos a quién pagarle y luego de muertes de pilotos entendimos que se les debía pagar a ambas maras, no quedó de otra que pagar”, relató un transportista.
Hace dos años la modalidad del pago de la exacción cambió radicalmente para los conductores de la ruta 32, surgen otros dos grupos de extorsionistas y se debió por la disputa del territorio.
El transportista explicó que las “clicas de las pandillas” decidieron cambiar la forma de exigir el pago de la extorsión y “decidieron hacerlo por territorio dominado”.
En el recorrido del autobús se pasa por “territorios” de clicas de las pandillas 18 y Mara Salvatrucha, en total son cuatro áreas dominadas por esas pandillas. Es así como surgen los cuatro cobros distintos a los conductores.
“Los costos de operación se elevaron por esta situación y ellos mandan -los pandilleros-, entonces se hace lo que dicen porque, o hay muertes, o se muere el negocio del transporte colectivo”, expuso el transportista.
Cada kilómetro y medio del recorrido que efectúan las unidades de la ruta 32, es territorio en dominio de una clica y aplican el cobro de la extorsión por transitar.
En la 9a. calle y 11 avenida, en zona 7, la PNC efectuó un registro masivo de automóviles y autobuses. (Foto Prensa Libre: Óscar Rivas)
Las formas en que cobran la extorsión aseguraron transportistas que cambió, los pandilleros están tratando de evitar ser descubiertos por la Policía y periódicamente cambian sus métodos de cobros.
“Los extorsionistas cada vez usan menos el celular, lo están evitando por el rastreo de llamadas -las escuchas- y entonces se aparecen niños y adolescentes en nombre de la clica para recibir el dinero, o personas que actúan como pasajeros se llevan el dinero de forma tranquila y todo es tranquilo, sin violencia”, expuso otro transportista.
El cobro de extorsión por territorio no es exclusivo para la ruta 32, los transportistas aseguraron que los conductores de las rutas 36 y 37, que salen de la colonia Bethania, en zona 7, también pagan con ese método.
El defensor del usuario del transporte público de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), Édgar Guerra, señaló que los relatos de los transportistas sí coinciden con la realidad.
“Hay otro caso similar al de la ruta 32, hace un año y medio los pilotos la ruta 203 fueron periódicamente atacados por extorsionistas. Por medio de entrevistas y análisis de caso la PDH llegó a establecer que los pilotos pagaban extorsión en la zona 6, cuando pasaban por la Bethania y cuando llegaban a la zona 12”, argumentó Guerra.
Las unidades de la ruta 203 tuvieron que ser suspendidas y provisionalmente la comuna capitalina autorizó el tránsito en ese recorrido de autobuses de Transurbano.
Hipótesis distinta
Los relatos de los transportistas no coinciden con la conjetura preliminar de la PNC por el ataque con bomba al autobús de la ruta 32 el lunes pasado.
“El ataque con la bomba del lunes no es de lo grupos que nos cobran extorsión, porque estamos al día con los pagos. Sabemos que los de la bomba no pertenecen a los extorsionistas a los que se paga porque el haberle explotado la bomba a la mujer, habría sido de inmediato cobrado como venganza con la muerte de un ayudante y piloto”, expuso el transportista.
Una investigación preliminar de la PNC involucra al pandillero Gustavo Adolfo Pirir García, alias el Hammer, como el cerebro que ordenó amedrentar con una bomba artesanal a los pilotos de la ruta 32, que dejó siete heridos, incluyendo la atacante.
“El Hammer” está preso en la cárcel de máxima seguridad El Infiernito, Escuintla. Es el líder de la clica Little Psycho Criminal, y ya cumple condena de 514 años de prisión por la explosión, también con una bomba artesanal en el 2011 en un bus de las Rutas Quetzal, suceso que dejó nueve muertos y 14 heridos.
La Policía incrementó el patrullaje de agentes en la colonia la Verbena y en la 9 calle y 11 avenida, zona 7, este martes se implementó un puesto de registro con más de seis autopatrullas y 20 policías expertos en explosivos.
Con ayuda de perros entrenados los agentes revisaron autobuses urbanos y automóviles. La tarde del martes los agentes de la PNC ingresaron al asentamiento La Tortuga, en la colonia Bervena, en este lugar se presume que reside la Mirna Elizabeth Juárez, de 19 años, apodada la Ranflerita, es la mujer que le explotó un artefacto artesanal dentro de un autobús de la ruta 32.
Agentes de la PNC registran a vecinos del sector La Tortuga, en la colonia la Verbena, en zona 7. (Foto Prensa Libre: cortesía)
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