Y nos quedamos impávidos

Todos los días las redes sociales nos bombardean con las atrocidades que los seres humanos cometen contra los animales. Vemos las tragedias humanas en Siria, en distintos lugares del planeta, y nos conmovemos. ¿Pero qué hacemos al respecto? Al menos, firmamos peticiones en línea o donamos dinero a una causa o a otra. Y me pregunto, ¿qué hacemos cuando la tragedia está sucediendo frente a nuestras narices?

Viene la Navidad, y muchos donamos cuánto podemos a los ancianos, a los más necesitados, esperando en algo mitigar su pena. Sabemos y deseamos generar riqueza, empleo, para que la gente tenga un mejor futuro. Me decía una camarera salvadoreña que ya es ciudadana americana, que ella todos los días le da gracias a Dios por tener un trabajo digno en un hotel en Washington. Una señora de lo más amable, diligente, eficiente. Una profesional en su campo de servicio que es tan importante y necesario. Vuelvo y confirmo que a lo que la gran mayoría de personas aspira es a eso, a un trabajo digno.

Pero unido a esa tragedia constante del combate a la pobreza, se agregan ahora las tragedias que emergen del abuso de poder, de la corrupta aplicación de justicia, de las faltas al debido proceso, todo en una aplicación de in-justicia politizada, vendida, sesgada.  Entre los cientos de casos que sabemos son así, inclusive con inocentes en prisión, esta semana sobresalen dos grandes afrontas al raciocinio y a la lógica, que son además afrontas que una vez más comprueban que no se puede luchar contra la corrupción con corrupción.

En el caso contra Igor Bitkov, luego que la Helsinki Commission dejara en evidencia una serie de anomalías, de violaciones contra un menor que en el momento en que fue torturado física y psicológicamente tenía aproximadamente dos años, contra la madre y la hermana de ese niño, y contra su padre, la CiCig vuelve al ataque y hace condenar al padre por 14 años por tener documentos falsos. Algunos dicen que se lo merece, pero ignoran el trasfondo o quizás les importa poco porque no es con ellos. No son ellos quiénes han tenido que huir de su país natal porque los querían aniquilar para quitarles sus propiedades. No es a ellos que les violaron a una hija luego de secuestrarla para presionarlos. No es a ellos que los persigue uno de los bancos más poderosos del planeta. Entonces, les es difícil entender la desesperación que llevó a esta familia a comprar documentos que parecían legítimos y emigrar a un país radicalmente distinto al suyo. No hablaban el idioma, no conocían la cultura, pero aprendieron y se chapinizaron. Cuando se creían al seguro, decidieron tener un hijo en el que ahora consideran su país. Todo, luego de haber obtenido documentos perfectamente legítimos en las entidades correspondientes de gobierno.  Esos mismos que los critican, aplauden que a materia asesinos, secuestradores descuartizadores, los dejen libres por mentir bajo juramento. Ah, pero eso es hacer justicia en sus retorcidos conceptos.

Y ¿qué hicieron las flamantes autoridades, que yo llamo verdugos sin capucha? Presentar pruebas falsas, tapar a la firmante de los documentos, Mayra Véliz, y no perseguirla ni a ella, intocable, ni a Cutino Internacional, a ella que firma y autoriza y a la empresa que comercializa documentos ilegales. Y porqué no los persiguen, dicen algunas personas. Pues porque ambos son protegidos de Cicig.

Le damos fast forward Al tema, y volvemos a la Helsinki. Cómo consecuencia de la atención de medios estadounidenses y de las autoridades como Nikki Haley, y varios Senadores de alto calibre, ahora no perseliguieron a Irina y Anastasia. Al menos no por ahora. Pero si los rusos insisten… me pregunto si corrió dinero bajo de agua. Me pregunto eso porque de otra forma no me explico, cómo es posible que ahora den 14 años a Igor y se nieguen a investigar a la Véliz y a CI.  Llora sangre el tema. Quizás es pura maldad. Pero luego veo lo que ha sucedido en otros países con tácticas similares de entes similares y entiendo que esto es un problema que va más allá de nuestras fronteras.

Total que entre las violaciones al debido proceso y a los derechos humanos de Igor Bitkov y de Carlos Vielmann, sumadas a los Valdez Paiz, a los múltiples soldados presos por recibir y acatar órdenes y ganarle la guerra a la guerrilla, los banqueros de Bantrab acusados insosteniblemente de crímenes que solo alguien que no entiende de banca puede considerar crimenes, al caso Sperisen, al haber metido presos al hijo del Presidente Morales cuando no hizo nada para lo que la Ley dicte prisión sino multa (les recuerdo que por un hecho que aconteció años antes de que los Morales llegarán a la Presidencia), los casos impunes por las muertes de los periodistas José Daniel Rodríguez y Hugo Arce, inocentes condenados en el caso Musa, las enfermeras presas en el caso del IGSS sin fondos para pagar su defensa, el Coronel Chiroy, el Coronel Ruiz (acusado de una falta que sucedió estando él lejos  y sigue la lista.

Y nosotros, los ciudadanos, entretenidos con pan y circo, nos quedamos impávidos, impotentes ante tanta grosería. Es tanto lo que habría que escribir, que no cabe en unas pocas líneas… Indignante, es decir poco.


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