Contraloría cuestiona que entidades utilicen dinero público para compras navideñas, pero no puede impugnarlo debido a convenios legalizados.Faltando dos semanas para que termine el año, municipalidades y otras entidades estatales hacen las últimas compras con dinero público y entre ellas figuran regalos, juguetes, electrodomésticos, comida y canastas de víveres que se justifican como compromisos de pactos colectivos.
Los gastos navideños suman Q3.3 millones, los cuales se gestionaron por medio de 28 concursos. Además, hay algunas compras que están en análisis y podrían concretarse en los próximos días.
Según, Edie Cux, investigador de Acción Ciudadana, muchas compras que se hacen a final del año se amparan en los pactos colectivos y en ocasiones son “abusos con beneficios exorbitantes” en gastos innecesarios.
“Esto pasa porque muchas veces por la negligencia o complicidad de los funcionarios negocian beneficios que no son adecuados en la priorización de gastos necesarios para que funcione el Estado. El uso de recursos al terminar el año puede servir para mejorar la imagen de alcaldías. La Contraloría General de Cuentas, el Tribunal Supremo Electoral y el Ministerio Público deben investigar”, criticó Cux.
César Elías, subcontralor de Calidad del Gasto, expuso que la institución está en desacuerdo con las compras navideñas que hacen entidades.
Tropiezos
El subcontralor aseguró que hay limitaciones para fiscalizar dichos gastos. Una de ellas se encuentra en el artículo 253 de la Constitución, que establece la autonomía municipal; además, en el inciso C, que determina que son encargadas de obtener y disponer de sus recursos.
“Nosotros cuestionamos esas adquisiciones y ellos -municipalidades- nos invocan que están en el libre ejercicio de la autonomía municipal y que en Concejo se decidieron realizar actividades navideñas porque deben pensar en el bienestar del municipio, entre otros motivos”, explicó.
Otro desafío para que la Contraloría logre evitar gastos innecesarios son los pactos colectivos.
Gastos incontrolables
Los trabajadores de las instituciones, y en menor medida personas de escasos recursos, son los beneficiados de compras navideñas con fondos públicos.
“Hay muchas instituciones que tienen compromisos en los pactos colectivos. Compran canastas navideñas y se les distribuyen a los colaboradores porque lo estipula el pacto colectivo, pero nosotros no podemos inducir al funcionario a que incumpla la norma”, argumentó Elías.
La Contraloría ha sugerido en los últimos tres años a las instituciones no hacer compras si están comprometidas en los pactos colectivos.
Gastos incontrolables
Los trabajadores de las instituciones, y en menor medida personas de escasos recursos, son los beneficiados de compras navideñas con fondos públicos.
Trineo con regalos
Las adquisiciones más frecuentes son regalos para los trabajadores, juguetes para los hijos de estos, canastas navideñas y convivios.
La comuna de Fraijanes compró 600 canastas de víveres para sus trabajadores, por 89 mil 028. La justificación fue que se trata de “un estímulo por su labor y servicio”.
La Empresa Portuaria Nacional Santo Tomás de Castilla (Empornac) gastó Q1 millón 325 mil 160 en compras de regalos navideños para sus colaboradores y sus hijos, como carros, muñecas, robots y monopatines. Para los mil 525 trabajadores se regalarán microondas para cada uno, valorado en Q563. El regente de la Empornac, César Meza, explicó que la compra de regalos se hace porque así está establecido en el pacto colectivo.
La municipalidad de San Pedro Sacatepéquez pagó Q35 mil para iluminación de luces de colores en la vía pública en las zonas 1 y 2. En el concurso las autoridades expusieron: “La iluminación, brindada a través de estos adornos, crea en la ciudadanía, un ambiente de armonía ya que es acorde a las festividades de fin de año”.
Las municipalidades de El Asintal, Retalhuleu, donde el 82.2 por ciento de la población es pobre, y de Ipala, Chiquimula, con un índice de pobreza de 42.8 por ciento, también decidieron gastar en juguetes, por Q89 mil 10 mil y Q89 mil 568, respectivamente, y ambas justificaron que son para niños de escasos recursos.
La comuna de El Progreso, en Jutiapa, donde el 45 por ciento de su población es pobre y el nueve por ciento es extremadamente pobre, promueve un concurso de servicios para siete convivios, en el cual los invitados son beneficiarios de fertilizantes, miembros de los consejos de Desarrollo, periodistas, inquilinos de mercados, empleados municipales y niños con enfermedades renales.
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