Una veintena de chicos se mueve a ritmo de bachata. Se escuchan sonrisas y pasos. Dora Moreno marca el ritmo y el paso con los brazos. Ahí, en el centro deportivo Erick Barrondo, pero en otra área, suena cumbia: Víctor Álvarez dirige al alegre grupo de personas.

Dora y Víctor, los instructores de baile que desde su silla de ruedas provocan esta alegría, ponen ritmo y sabor a la vida de personas que siguen sus instrucciones para aprender a bailar.

Dirigen a estudiantes de centros educativos y a personas que encuentran en el baile una motivación. Las manos de Dora son sus piernas y la voz de Víctoranima.

Dora, de 46 años, nunca ha podido caminar. “Así nací”, cuenta. Desde niña soñó con estar en una pista de baile, en 2013 lo logró y se involucró de lleno en la danza.

“Cuando era pequeña no había instituciones que brindaran esa posibilidad de aprender a bailar, pero la fundación Artes Muy Especiales me recibió, aproveché la oportunidad para instruirme y transmitirlo a otras personas”, cuenta.

En 2015, Dora empezó a trabajar en el Viceministerio del Deporte, en el centro deportivo Erick Barrondo, donde enseña a bailar a chicos y grandes.

Nosotros rompemos barreras y le enseñamos a la sociedad que tener una discapacidad no es limitante para apoyar a la gente
Dora Moreno, instructora de baile.

Mucha gente se pone barreras, dice, gente que puede moverse. “Nosotros que no podemos, perseguimos nuestros sueños. Yo quiero salir de Guatemala y enseñar baile en otros países”, comparte. Doraencuentra dificultades para movilizarse en la ciudad, no hay transporte adecuado para ella y otras personas en silla de ruedas.

Con su trabajo logró comprar un carro, el cual está modificado para sus necesidades.

Bala perdida

Víctor trabajaba en el Instituto Nacional de Bosques(INAB) en la región del sur y cada semana regresaba a la ciudad para visitar a su familia y amigos. Un día jugaban fútbol en una colonia de la zona 7, de pronto se produjo una balacera entre delincuentes y policías. El grupo quedó en medio del tiroteo y al tratar de huir, una bala lo hirió por la espalda.

Víctor contagia con su energía al grupo de bailarines que cada día perfeccionan sus pasos de baile. (Foto: Fredy Hernández/Soy502)

 

Víctor contagia con su energía al grupo de bailarines que cada día perfeccionan sus pasos de baile. (Foto: Fredy Hernández/Soy502)

“Yo me sentía frustrado, pero sabía que tenía que salir adelante por el amor a mis padres y a Dios. Un amigo en Fundabiem me dijo que existía Artes Muy Especiales y me sugirió que aprendiera a bailar y desde hace seis años bailo”, cuenta Víctor, de 37 años.

El baile lo trae de familia y por eso dirige a personas que asisten por las tarde para hacer deporte y desestresarse por una hora al ritmo de la música latina.

“Cuando veo bailar a mis alumnos, siento que algo me pica en las piernas y me gustaría levantarme para bailar con ellos. Me gusta transformar vidas a través de mi ejemplo, ya que si yo lo puedo hacer, otras personas también podrán lograrlo”, dice.

Motivacional

La energía de estos maestros es transmitida a sus alumnos. Patty Villatoro cuenta cómo ha surgido un cambio en su vida tras conocer a Víctor.

“Mi experiencia ha sido excepcional, ya que al conocer al profesor Víctor Álvarez ha sido de mucha motivación para mi vida”, explica Villatoro.

“Yo era sedentaria, no hacía deporte y, al ver al profesor cómo lo realiza, reflexioné. Tomé la decisión de inscribirme en su curso. La clase es muy amena dirigida por el profesor, él nos transmite su energía y motiva saber que él no solo participa en estos sino que realiza aún más deportes”, resalta la alumna.

¿Quieres unirte a Dora y Víctor? Puedes asistir a sus clases de lunes a viernes en el centro deportivo Erick Barrondo y ser parte de su historia de lucha.

 

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