Autoridades del Hospital Regional de Occidente, en Quetzaltenango, recibieron recientemente una máquina de tracción cervical y lumbar que fue construida y donada por un estudiante del Centro Universitario de Occidente (Cunoc).Se trata de José David Fernández Robledo, estudiante de Ingeniería Mecánica del referido centro universitario, quien donó el aparato que el hospital necesitaba desde hace 22 años y que beneficiará a 62 pacientes cada día.

Fernández Robledo tardó ocho meses para construir el prototipo de una máquina de tracción cervical y lumbar, en la cual   invirtió Q13 mil, pero tuvo otros gastos en las pruebas que hizo antes de terminarla, aún así, el costo es menor al de los aparatos importados, que pueden superar los Q80 mil.

La máquina ayudará a disminuir el dolor de los pacientes y hará que su recuperación sea más rápida. Actúa en el paciente descomprimiendo el espacio entre las vértebras y de esa forma se libera la tensión o presión acumulada.

“Como estudiantes de la Universidad de San Carlos es importante devolver algo a la sociedad como pago por el estudio que se adquirió en este centro. Cuando me aceptaron para hacer aquí el EPS, el jefe del departamento me comentó la necesidad que tenían de tener esta máquina”, dijo Fernández.

El joven siente satisfacción por los pacientes de esa área que se han acercado para agradecerle su contribución a un departamento que tiene diferentes carencias.

“Me gustaría seguir ayudando en esta rama de la fisioterapia y la medicina”, aseguró.

José Manuel Cu Signor, jefe del Departamento de Fisioterapia del Hospital Regional de Occidente, señaló que este equipo se necesitaba desde hace 22 años, pero no habían podido adquirirlo por el precio.

“No los fabrican en el país, se adquieren importados pero son muy caros. La camilla es especial porque tiene varios movimientos, en este caso fue diseñada de un plano, pero las que están a la venta son de varios y pueden costar US$7 mil —unos Q51 mil 800—,  además del aparato que hace la tracción, este cuesta US$4 mil  —Q29 mil 600—, un total de US$11 mil —Q81 mil 400—”, detalló Cu.

Añadió que cada día atienden a 160 pacientes, de los cuales el 40 por ciento, es decir 62, necesitan tratamiento con ese equipo.

Para los pacientes que reciben fisioterapia es importante que más jóvenes de esta y otras carreras se interesen en la falta de equipo del hospital.

“Sabemos que no hay recursos, ya sea por la corrupción o porque somos demasiados pacientes, pero hay jóvenes admirables que están solucionando lo que los adultos no pudimos”, dijo María de León, paciente.

En el departamento de fisioterapia del HRO los pacientes utilizan bicicletas estacionarias que fueron creadas por un paciente. (Foto Prensa Libre: María José Longo)

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