Bienvenido Embajador Arreaga

Finalmente la Embajada de los Estados Unidos tendrá nuevo jefe con la llegada del Embajador Luis Arreaga, que viene acompañado de su Señora y familia. Desde ya insto a darle la más cordial bienvenida.

Cómo lo hice en mi artículo anterior sobre él, reitero que debemos respetar a este funcionario con una carrera impecable y profesional. Por ello, quiero llamar a la cordura subrayando lo importante que es que todos los rumores tanto en torno a su inclinación ideológica o temas personales no son más que eso, rumores, y por ende, debemos darle la bienvenida sin hacer caso a los mismos. Es hora de abandonar el chisme absurdo y mediocre y enfocarse en elementos substantivos. El Embajador Arreaga es un diplomático de carrera, preparado intelectualmente y con la experiencia necesaria para dirigir esa misión. Seguramente tendrá su estilo propio. Viene con un mandato específico y si bien el Departamento de Estado mantiene en mandos medios y bajos a elementos afines a la Administración Obama, la dirigencia de la Administración Trump es totalmente distinta. Rex Tyllerson no es John Kerry y no comulga con la Doctrina Clinton. Como exitoso hombre de negocios, el Secretario Tyllerson es un hombre práctico, acostumbrado a resultados, no es un burócrata habituado a los tiempos y diletantismos que generalmente asociamos con “funcionario público”.

El Presidente Donald Trump, en su discurso ante la Asamblea General de la ONU y en otras intervenciones durante la misma, dejó en evidencia que el interés primordial de su administración se fundamenta en dos grandes objetivos: la seguridad nacional y el crecimiento económico de los Estados Unidos. Con Guatemala es evidente que ambas cosas van ligadas, ya que la inmigración ilegal, la trata de blancas, el tráfico de órganos y de niños, el narcotráfico y demás formas de crimen organizado atentan contra la seguridad nacional de Guatemala y de los Estados Unidos, y previenen el crecimiento económico necesario para generar empleo y mantener el flujo comercial con ese país. Les recuerdo que Guatemala forma parte de un bloque comercial (DR-CAFTA) y como tal, tiene obligaciones y responsabilidades que debe cumplir.

Siendo un profesional de alto nivel, es seguro que el Embajador mantiene constante comunicación con elementos claves del Congreso de su país, tanto Demócratas como Republicanos. Es lógico pensar que trabajará de cerca con todos esos personajes con músculo político, que no son nada más Representantes de un distrito aislado que no dirigen lo que emana de un subcomité y menos de un comité. De nuevo, porque ya fue tema en otro artículo, no es lo mismo que se pronuncie un puñado de diputados estadounidenses a que lo haga el diputado que preside el Comité de Relaciones Exteriores, el Subcomité del Hemisferio Occidental (que ve los temas de Guatemala) o el Subcomité de Operaciones en el Exterior. Esos personajes si tienen injerencia en la política bilateral de nuestros países y es fundamental que conozcan las interioridades de lo que sucede en Guatemala para que puedan apoyar lo que merece ser apoyado e ignorar lo que no. La queja en Washington es que de Guatemala “sólo los visitan de un “lado de la moneda” y ellos quisieran escuchar otros para tener una visión completa.

Es así que el Embajador viene con instrucciones muy claras de apoyar el orden constitucional y el fortalecimiento institucional, la lucha contra la corrupción por medio de instituciones (no de individuos que decididamente no encarnan a la institución), los esfuerzos por combatir la malnutrición, los programas de apoyo a las fuerzas del orden, el fortalecimiento del Organismo Judicial, temas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas, y otros relativos al combate al crimen organizado y a la generación de empleo, todo sin contenido ideológico. Sin duda alguna, tendrá el nuevo Embajador que defender intereses de empresas estadounidenses que arriesgan viniendo a invertir en Guatemala. Espero que los días de andar impunes protegidos por sus amistades hayan terminado para quienes promueven inestabilidad social, división y resentimiento, e irrespeto a las Leyes. La CICIG ahora tendrá que apegarse a su mandato, y eso significa ser ecuánime y mantenerse objetivo. El MP tendrá que abordar sus escándalos internos si quiere volver a ganar el apoyo y la credibilidad a nivel nacional con los porcentajes de aprobación que tuvo en el 2015. Los temas de los pasaportes y del cartel de Huehuetenango debieran ser esclarecidos.

Seguridad nacional va ligada a reducción del flujo migratorio y del crimen organizado en todas sus formas. Eso significa que los generadores de empleo puede que ahora tengan esperanzas de operar en un país con mayor certeza jurídica y la debida protección de las autoridades. Quienes cuentan en Washington quisieran que Guatemala dejara atrás temas arcaicos de la lucha ideológica del tiempo de la Guerra Fría y se enfrascara en temas más substantivos.

En todo esto es muy probable que intervenga como apoyo el Señor Embajador de los Estados Unidos. Esperamos converse con gente de todos los sectores, de todas las ideologías, de todos los grupos y así se forme una visión más profunda de nuestro país. De lo contrario, su paso podría ser menos efectivo y continuar ahondando la polarización de la que ya muchos estamos hastiados.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo


Por Betty Marroquín, 04 de Octubre de 2017, por República

http://republica.gt/2017/10/04/bienvenido-embajador-arreaga/

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