Publicado por nytimes.com el7 de octubre 2016
Gabriel Wer, 34 años, miembro de #JusticiaYa:
“Hemos estado trabajando mucho pero no se visibiliza ese cambio. Se ha quedado la idea de que, para que se produzca el cambio, tiene que haber una movilización masiva en la calle. Si no pasa eso, no está pasando nada. Para muchos, somos solo ciberactivistas. No se ve lo que se está haciendo por detrás en articulación, formación, análisis, propuestas. Parece que estamos muy enfocados en eso pero la decisión este año ha sido no convocar movilizaciones masivas para no desgastar, y guardar fuerzas para el segundo asalto. En el país pasan cosas. La tensión va en aumento”.

Mynor Alonzo, 26 años, estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad de San Carlos:
“Escuchar de viva voz la experiencia de quienes estuvieron luchando con las armas en la montaña. Eso te impacta de por vida. Te hablan de las masacres, te cuentan que los estudiantes iban a las comunidades durante la guerra y trataban de canalizar esa realidad y aportar algo. Si nosotros hemos tenido el privilegio de acceder a la educación pública tenemos la obligación de devolver algo a la sociedad y transformarla. Sos un burguesito que no sabe nada del país y cuando ves que una persona de 70 años te reclama, te duele y pasas a la acción. Sus impuestos pagan mi universidad. Eso es un quiebre. Una nueva generación de jóvenes empieza a velar por algo más allí de su nariz, por un bien común para toda la sociedad”.

Gabriela Carrera, 29 años, investigadora en la Universidad Rafael Landívar:
“El concepto de partido político está superlastimado por lo que pasó desde que terminó el conflicto interno armado (1970-1996). Es imposible cambiar las cosas sin acceder al poder, pero los partidos de Guatemala hoy son partidos sin vida. Son herramientas sin ideología para llegar al poder. Tienen muy poca coherencia ideológica. Antes de la crisis de 2015 se armaba un partido político para participar, y ahora los que participan son los que tienen que armar un partido político. Ese el cambio. Hay un referente de articulación y es la plaza”.

Briseida Milián, 25 años, estudió Diseño Gráfico y Psicología Social y se dedica a la comunicación:
“Tenemos que participar. Si nos involucramos nosotros en lo público, estamos haciendo que la participación política vuelva a legitimarse. Desatanizar la implicación política. El simple hecho de estar aquí en este momento es una declaración: tenemos una ideología que quizás no encaje con los parámetros ya establecidos, pero que está dispuesta a hacer e involucrarse para cambiar la realidad que nos incomoda. Nos falta formación y nos faltan rutas, pero estamos aquí para validar la vía política como un camino para la transformación”.
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