Han circulado diversas versiones sobre la intención del Gobierno de incrementar los impuestos. Considero que esa es una propuesta absurda, y en las circunstancias actuales me parece una desfachatez y cinismo extremo de parte de nuestros mandatarios. No han hecho nada para erradicar la corrupción y el despilfarro que continúan rampantes en el Gobierno, ¿y lo único que se les ocurre es incrementar los tributos? ¡No más impuestos!
El argumento es siempre el mismo: no les alcanza el dinero. Como lo hemos repetido hasta la saciedad, no hay dinero que alcance a los funcionarios públicos y políticos, ni aquí ni en Estados Unidos ni en la China ni en ningún país del mundo. Está plenamente demostrado que no importa la cantidad de dinero que reciban, siempre encontrarán la forma de gastar más. La prueba es sencilla: no importa de qué tamaño sea la “carga tributaria” de un país, siempre tienen presupuestos deficitarios. Hay algunas pocas excepciones temporales en algunos países, pero eso no hace más que comprobar la regla.
Así que esa razón no es válida. El verdadero problema es que siempre van a encontrar en qué gastar y derrochar —cuando no robar— los fondos de los tributarios. En el caso de Guatemala, aunque todavía falta mucho por perseguir, los pocos casos que ya se están ventilando en los tribunales nos dan una idea de lo extendida que está la corrupción en el Gobierno.
Y casos como el reciente de los trompos nos indican que las cosas no han cambiado. La corrupción sigue campante frente a nuestros ojos. Así que no se crea eso de que la corrupción se acabó con el gobierno del PP. Pero lo peor es el cinismo de los actuales mandatarios que dicen que la necesidad de más impuestos surge del supuesto ejercicio de “presupuesto abierto”, que no fue más que un show en el cual los funcionarios fueron a presentar su lista de pedidos a Santa Claus.
Pero en ningún momento mencionaron la corrupción, las plazas fantasma, ventas sobrevaloradas, obras inconclusas o no ejecutadas pero sí pagadas —y hasta varias veces—, mucho menos las acciones que tomarán para evitar todos esos abusos en donde se pierden miles de millones de quetzales al año. Desde esa perspectiva es inaudito que ante la gran cantidad de corrupción y despilfarro se hagan de la vista gorda y centren todos sus planes en quitarles más impuestos a los tributarios guatemaltecos.
Por si eso no fuera suficiente, está el problema de que no se les ocurre otra cosa que no sea subir las tasas y poner normativa de terrorismo fiscal más estricta. No nos debe extrañar porque los que están promoviendo los cambios para una nueva puñalada fiscal son los mismos asesores que promovieron la desastrosa puñalada fiscal anterior —la de los corruptos del PP, por cierto—. ¡Ni siquiera los fracasos cantados los hacen desviarse de su camino hacia el abismo!
¿Será que en toda la administración pública no hay nadie con dos dedos de frente que entienda que lo que se debe hacer es bajar los impuestos en lugar de subirlos? ¿Será que nadie entiende que la mejor forma de recaudar más impuestos es que la economía crezca? ¿Nadie comprende que el famoso “problema” de la carga tributaria no es consecuencia de las tasas impositivas, sino de la base tributaria? Y si no captan eso, ¿cómo entenderán que subiendo los impuestos agravarán el problema en lugar de mejorarlo? Pero, claro, como la mayoría de mandatarios que hemos tenido han sido una partida de ignorantes y faltos de carácter, rápido los envuelven los mismos de siempre y los engatuzan con las mismas recetas fracasadas que siempre han promovido y que nos tienen en el barranco en el que estamos. ¿Será Jimmy la excepción? Lamentablente, lo dudo. ¡No más impuestos!
JORGE JACOBS
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