Las más de 100 plazas fantasma descubiertas en el Congreso, fueron repartidas por la junta directiva entre amigos, familiares o empleados de los diputados en sus empresas personales, revela la investigación del Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
Sin embargo, se destacan casos como el de una joven que mientras tenía una plaza en el Congreso, también laboraba en un Call Center, así cómo un instructor de gimnasio que ganaba 10 mil quetzales en el Congreso, pero nunca llegó a trabajar.
Estos casos fueron revelados durante la audiencia de primera declaración del caso de “Plazas Fantasma”, en la que el fiscal Felix Arias expresó que los diputados “sabían que estas personas no se presentaban” a laborar alCongreso y aún así solicitaron la recontratación, y la mandataria de CICIG, Mayra González, criticó la forma arbitraria de contrataciones: “el Congreso no es una piñata”.
Las contrataciones de Cristiani
La mandataria de la CICIG, describió que el exdiputado Edgar Cristiani, siendo secretario de la Junta Directiva del año 2015, solicitó la contratación de 19 personas, se sabe que al menos 5 trabajaban en la empresa Cleanomatic, relacionada al excongresista, porque fue gerente general.
Cuando Cristiani dejó la gerencia, su cuñado asumió el cargo y la hermana asumió como gerente de Recursos Humanos.
La abogada Claudia González afirmó de Cristiani: “Utilizaba personal en su empresa y en el Congreso”, y ejemplificó el caso de la señora Odilia Morales quien devengaba 20 mil quetzales al mes teniendo un grado de escolaridad de Tercero Básico.
También se mencionó a Javier Gómez Vallejo, quien tenía un sueldo mensual de Q20 mil por ser el asistente del diputado, sin embargo no se presentaba.
Las contrataciones de Carlos Herrera
Entre las plazas fantasma del exdiputado Carlos Herrera destaca la de su nieta Keily Medina Herrera, quien tuvo un contrato con el Congreso por un sueldo mensual de Q10 mil, pero no se presentaba debido a que laboraba para un call center, con un salario de Q3 mil.
También se señala la contratación de Héctor Josué Segura Vega, que se desempeña como instructor de piso de un gimnasio de 14:00 a 22:00 horas y al mismo tiempo mantenía una plaza en el Congreso con horario de 8:00 a 16:30 horas como asistente del diputado con un salario de Q10 mil.
La mandataria de la CICIG, insistió en que todas las contrataciones se realizaron por medio del renglón presupuestario 022, y por ende debían cumplir con el horario establecido.
La investigación determinó que Carlos Herrera era administrador del Consorcio “H”, que alberga a varias empresas como Burgocon o Edifica, personal de esas compañías, también tenían plazas en el Palacio Legislativo.
Mijangos contrató a su sobrina y cuñada
Luis Mijangos, también usó sus prerrogativas como director Legislativo y contrató a su sobrina y cuñada.
La primera, Mónica Elizabeth Guzmán, tenía una plaza en el Congreso con un salario de Q20 mil, pero no se presentaba porque su verdadero empleo era como instructora de cursos de manualidades en Villa Nueva, por lo cual devengaba Q3 mil.
La cuñada, Sandra Elizabeth, trabajaba para la Fundación de Elecciones Infantiles de Centroaméricacon un salario mensual de Q7 mil y en el Congreso recibía un salario de Q20 mil.
Ambas renunciaron a las plazas fantasma el 10 de julio de 2015, días después de la captura de Pedro Muadi y tras destaparse el escándalo de corrupción en el Congreso.
Según los investigadores, la mayoría de las personas a quienes se benefició con plazas fantasma en el Congreso ya no laboran ahí, presentaron su carta de renuncia tras enterarse de las investigaciones.
Cada una, será citada para declarar, el MP pretende determinar si el dinero recibido del presupuesto del Congreso, era para ellos directamente o entregaban porcentajes a los exdiputados.
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