Un pueblo más preocupado, más exigencias para el nuevo gobierno, y el recobro de la esperanza son tres de los más grandes cambios que se perciben en Guatemala, a un año de la explosión del caso La Línea y después de la crisis política.
Analistas políticos comparten con Prensa Libre la diferencia de cómo estábamos antes del 16 de abril de 2015 y qué cambió después de ese día y los meses siguientes.
Daniel Haering, Nicholas Virzi, y Cristhians Castillo expresan, en breve, lo que más destaca del antes y después de La Línea.
Mencionan que la ciudadanía estaba acostumbrada a la corrupción, que la mayoría pensaba que Manuel Baldizón, de Líder, iba a ganar las elecciones, y que el mal uso de los recursos públicos no era motivo de movilización social.
Ahora, se exige más del presidente Jimmy Morales desde el primer día de gestión, la corrupción indigna al haberse comprobado que ese flagelo mata, y se cuestiona más el papel del Estado y sus instituciones.
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