Aquello es en el Congreso y, ¿cómo será en otros organismos y oficinas autónomas y descentralizadas? ¡Todos han de ser piñatas inmensas! ¡Con razón no hay plata que alcance! El desperdicio y el abuso contra los tributarios son escandalosos. El presidente Morales quiere confianza; pero se empecina en mantener como ministra a una contratista del Estado.
Y claro, el Presidente quiere ampliar gastos (leíste bien), quiere elevar los gastos y endeudar más a los tributarios, y a los hijos de los tributarios y a los nietos de los tributarios. Por ningún lado se lee que los sueldos abusadores serán reducidos a niveles de mercado; en ningún lado se lee que toda plaza innecesaria, o fantasma será erradicada del presupuesto y en ningún lado se lee que todo renglón presupuestario que sea para servir intereses particulares será eliminado. ¿Qué quieren los nuevos administradores? Quieren aumentar el presupuesto y vender bonos. Ya sabes, los bonos chupan los ahorros que deberían servir para inversiones de capital y los trasladan a la economía de papel. Y así, ¿cómo va a haber más inversiones productivas, más puestos de trabajo y mejores salarios?
Los promotores del estatismo no se cansan de gritar que el principal desafío fiscal de la nueva administración es fortalecer su capacidad recaudadora; pero no es así. Un principal desafío es demostrarles a los tributarios que el saqueo, que la expoliación, que el desperdicio, la mala administración y la corrupción han llegado a su fin. Cosas que no ocurren mientras haya empleados con sueldos como los del Congreso, o haya altos funcionarios mezclados con negocios del Gobierno. Pero el reto principal es elevar la productividad y facilitar la multiplicación de la riqueza, nada más y nada menos que para combatir la pobreza.
Publicado el 22 de enero de 2016 en elperiodico.com.gt por Luis Figueroa http://elperiodico.com.gt/2016/01/22/opinion/el-principal-desafio/
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