Beltranena ha estado bajo el escrutinio público desde que llegó como congresista debido a la relación laboral y de amistad que mantuvo con la ex vicepresidenta Roxana Baldetti. Esto le generó una lluvia de críticas que la llevaron a presentar su renuncia. No obstante, se mantiene en el cargo ya que no ha ratificado su decisión. Se presume que su cambio de parecer se debe al proceso de antejuicio que existe en su contra.
El pasado cinco de noviembre, el Ministerio Público la señaló de los delitos de tráfico de influencias y usurpación de atribuciones. De acuerdo con la investigación, Beltranena aprovechó su cargo en la vicepresidencia para conseguir unas doce plazas fantasmas en el Estado para sus allegados con salarios que superaron los Q15 mil.
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