La contraofensiva del “statu quo”

Los casos develados por CICIG y Ministerio Público (MP) no solo evidenciaron la podredumbre del sistema, sino que permitieron depurar a algunas instituciones de aquellos personajes que hacían uso del poder con fines ilícitos. Por su parte, las manifestaciones ciudadanas hicieron temblar al sistema. Primero, obligaron al Gobierno a expulsar a Roxana Baldetti, quien hasta hace cuatro meses se erigía como la administradora del botín. Pero además, la presión de la plaza obligó al Congreso a atender una agenda de reformas institucionales dirigida a cerrar los grifos de la corrupción. Y por si fuera poco, esa misma movilización ciudadana acuerpó al Tribunal Supremo Electoral para que aplicara sin miramientos la normativa de financiamiento electoral y la no inscripción de candidatos que incumplieran el requisito de honradez.

Todo ello permitía ver una luz al final del túnel.

Pero en la última semana el statu quo, representado por la alianza entre Patriotas y Lider asestó tres golpes de reacción. El primero, fue la artimaña jurídica utilizada para bloquear la aprobación de las reformas electorales. Este golpe es más anímico que institucional: las reformas representan el triunfo ulterior del movimiento de la calle, de transformar las demandas sociales en una agenda institucional, aun si su vigencia no podía ser inmediata.

El segundo golpe, fue la jugada numérica utilizada para detener el antejuicio contra el presidente Pérez Molina. El golpe, a diferencia del primero, es más de impunidad: es reafirmar la sensación que a pesar de los esfuerzos de CICIG y MP, aún existen intocables para la justicia. El tercer golpe, es la iniciativa de ley que pretende anular la cooperación entre CICIG y MP, en un claro esfuerzo por desarticular la persecución judicial en contra del statu quo corrupto.

Mientras eso ocurre, Baldizón y sus huestes estiran la pita. Abusan de las zonas grises de la norma, y utilizan a su partido satélite, Corazón Nueva Nación (CNN) para obviar la prohibición del TSE de hacer campaña. Al mismo tiempo, continúan su campaña de tierra: cinco o seis mítines diarios, de viernes a domingo, cada uno con un costo aproximado de Q250 mil, entre transporte, infraestructura, movilización de personas, dádivas, entretenimiento, entre otros.

Ante la contraofensiva del statu quo, ahora más que nunca se hace necesario una reacción de los actores prodepuración, si se quiere evitar que los avances alcanzados fenezcan. Por un lado, que CICIG y MP continúen develando las estructuras de corrupción que sustentan diversos proyectos políticos, con sus vinculaciones a financistas y operadores de justicia. Por otro lado, se requiere que el TSE revise y actúe sobre el fraude de ley detrás de la campaña de CNN y de los mítines de tierra, puesto que la violación al espíritu de la sanción es evidente. Finalmente, se requiere que la energía de la plaza reviva. Sin el movimiento ciudadano, cualquier esfuerzo judicial de depuración resultará insuficiente ante las artimañas del establishment corrupto.