Calenturas de la Guerra Fría

XGuate

Marta Yolanda Díaz Duran

 

Es lamentable que ciertos grupos de presión continúen enfrascados en una guerra del siglo pasado, sin darse cuenta del daño que se hacen, y nos hacen al resto, en este punto de inflexión en nuestra historia nacional. Están más obsesionados en qué están haciendo los otros que en buscar soluciones racionales y objetivas que nos permitan cambiar lo que debemos de cambiar si es que queremos tener la oportunidad de progresar y convivir
en paz en Guatemala.

Pierden su tiempo en difundir teorías de la conspiración que lo único que logran es confundir y desmotivar a muchos de los ciudadanos que despertaron y salieron a defender sus derechos, después de que hasta hace pocas semanas habían permanecido ajenos al deterioro constante de las condiciones de vida de la mayoría y al fracaso de nuestro sistema político vigente. Con su contradictoria actitud debilitan la moral de varios de los que han salido a manifestar su descontento, manifestaciones con las que hemos logrado, entre otras cosas, la renuncia de la corrupta Roxana Baldetti a la vicepresidencia de nuestro país.

Con lo anterior no quiero decir que no haya oportunistas y saqueadores que crean que en este momento tienen la posibilidad de convertirse en Presidentes o Jefes de Estado sin ni siquiera pasar por el proceso de elecciones. Pero del querer al poder hay un gran trecho, el que es improbable que logren superar: sus ambiciones, además de ilegales, son irreales. Es tal el temor que los domina y los ciega que prefieren apoyar al inmoral de Otto Pérez Molina para que termine su mandato y se refugie en el Parlacén, antes de trabajar por lo justo: presionar a Todd Robinson (y por tanto a Iván Velásquez) para que el gobierno de EE. UU. deje de proteger a Pérez Molina. Es lo correcto y lo necesario para que de alguna manera se calme la tensa situación en la cual vivimos hoy y al menos se normalicen los servicios básicos que presta la ineficiente burocracia estatal.

Como he enfatizado en muchas ocasiones, el caos reinante en el cual vivimos, los corruptos que llegan al ejercicio del poder y la creciente emigración son el resultado del sistema político de incentivos perversos que prevalece desde hace décadas. Mientras no cambiemos de raíz ese sistema estatista, colectivista e intervencionista, injusto e inmoral, la situación va a continuar empeorando. Por tanto, impulsar las reformas que nos permitan solucionar el problema desde su origen debe de ser la principal preocupación de todos aquellos que elegimos a Guatemala para construir nuestro hogar.

Por eso, es trascendental concentrarnos en el proceso de aclararnos las ideas para tomar las decisiones correctas que nos permitan cambiar radicalmente el sistema político actual. No debemos permitir, bajo ningún punto de vista, que los mismos de siempre, con las recetas de siempre, se hagan cargo de las reformas ni que los corruptos se sigan saliendo con la suya. Esa debe ser nuestra principal preocupación y ocupación, y no las calenturas de unos pocos.

Publicado el 22 de junio de 2015 en www.s21.com.gt 
http://www.s21.com.gt/principios/2015/06/22/calenturas-guerra-fria

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