Cero tolerancia a la corrupción

Creo que el presidente Otto Pérez Molina debe dimitir ya. De alguna manera, aunque él fuera inocente (se necesitan pruebas para afirmar que es culpable y no sé quién las tendrá), considero que escogió gente cuestionada en puestos claves de su gobierno, ignorando las advertencias en su momento. En ese sentido, es responsable del caos que hoy se vive en Guatemala. Pero esto ha sido para mí algo positivo porque desde hace rato se viene escuchando que hay corrupción en todos lados y nunca se había llegado al extremo que estamos viviendo ahora.

La presión sigue. Y ahora que la OEA (Organización de Estados Americanos) se pronunció al emitir una resolución en la que indica que siga el presidente en su puesto porque si no, sería un rompimiento constitucional, con más ganas quiero presionar para que dimita. La OEA es una institución desacreditada por sus antecedentes en Latinoamérica, que además desconoce nuestra Constitución. Si dimite el presidente no hay golpe de Estado ni rompimiento constitucional. Simplemente, el vicepresidente ocuparía su lugar y el Congreso nombraría otro vicepresidente.

También hay grupos de personas que piden que no se permita la inscripción para la elección de personajes que son cuestionados porque han tenido algún juicio o porque han cometido delitos en el pasado. Esto aplica a los actuales diputados que pretenden reelegirse y que tienen serios cuestionamientos. La presión de la gente está ahí pidiendo “Cero tolerancia a la corrupción” y es lo que debemos pedir todos.

Pero, cuidado; una cosa es lo que la gente dice con base en rumores y otra cosa es tener pruebas. Es importante que mejoremos los entes fiscalizadores y nuestro sistema de justicia y que el ciudadano denuncie y aporte pruebas. Sin pruebas no hay caso. Me preocupa que por la inercia del momento se cometan injusticias. Si tanto nos esforzamos en criticar y acusar, al menos tengamos las pruebas del caso o presionemos para que se consigan.

“Cero tolerancia a la corrupción” implica un compromiso serio del Gobierno, empezando por los candidatos a puestos públicos. Si un candidato miente en su campaña, entonces, no cabe duda de que será corrupto al llegar al poder. Por ello, fijémonos en las mentiras de los candidatos para no votar por los mentirosos. Es más, una mentira descubierta debería ser suficiente para que el TSE (Tribunal Supremo Electoral) retire al candidato de la contienda política. La presión social tiene un papel muy importante que jugar aquí al igual que los medios de comunicación y redes sociales.

“Cero tolerancia a la corrupción” se logra con mayor transparencia en las actividades gubernamentales y con una mayor certeza ante la ley, en cuanto a que el corrupto será sometido a la justicia y condenado si es culpable. Un reforzado, transparente, despolitizado y eficiente sistema de justicia es necesario, ya que así disminuirá la impunidad.

Pero “Cero tolerancia a la corrupción” debe empezar con nosotros mismos y nuestro ambiente. No debemos tolerar actos que no son éticos ni en nuestra familia, ni en nuestro trabajo ni en ningún lugar donde estemos. Además, implica denunciar con coraje y valentía aquellos actos que sabemos que están mal y que otros están cometiendo.