Combustibles: No Más Impuestos

La drástica caída en los precios del petróleo corre el riesgo en convertirse en una oportunidad perdida, más si llega a materializarse la amenaza de aumentar los impuestos a los combustibles, sin importar el hecho generador que pueda invocarse con tal propósito. Independientemente de cuál sea la supuesta justificación técnica de tal medida y el destino que pretenda dársele a la recaudación resultante,  dado el desequilibrio actual de las finanzas públicas es un hecho que estos recursos terminarán financiando gasto corriente. Una decisión que, además de arrebatar de los bolsillos de los guatemaltecos parte de las ganancias en la reducción del precio del petróleo, consiste una equivocación desde la perspectiva del uso de los recursos a lo largo del tiempo.

 

Aunque en materia fiscal no exista hoy lugar para la prudencia y los argumentos teóricos, no puede dejarse de mencionar que el mejor uso que podrían tener las ganancias derivadas de la reducción transitoria en el precio del petróleo sería el ahorro, la inversión o la reducción de las deudas.

Una parte importante del “ahorro” de estos tiempos de bajos precios del petróleo debería ahorrarse para hacer frente a precios más altos en el futuro. Un “ahorro” puede tomar muchas formas, desde la típica alcancía o cuenta de banco hasta la inversión en activos productivos, pago de deudas o inversión en productos financieros más sofisticados. Si bien es cierto que las familias podrían confundir esta rebaja transitoria del petróleo con una reducción permanente, tener un cortoplacismo exacerbado, comportarse de manera irracional o hacer malas inversiones, es más probable que esto ocurra, como la historia lo demuestra, con el sector público.

Se ahorra en los buenos tiempos para gastar en los malos. Lo importante es no gastar esos ahorros transitorios en consumo innecesario, mucho menos si ese gasto adicional no se va a poder reducir cuando ganancias transitorias se hayan ido. Algo que, tal y como lo demuestra la historia, es más común que suceda con la estructura de gasto del gobierno que con la de las familias que se benefician de la rebaja en el precio de los combustibles. Aumentar los impuestos a los combustibles para financiar el presupuesto público vigente es una mala decisión hoy y una mala decisión mañana. Si a esto se suma lo de “impuesto creado jamás derogado”, cuando la tendencia actual se revierta habrá que pagar petróleo más caro e impuestos más altos. Mientras tanto,  seguramente, el destino, estructura y calidad del gasto seguirá siendo la misma. De esa cuenta, lo mejor sería dejar la baja petrolera en los bolsillos de los guatemaltecos y recortar el gasto público.

 

Publicado el 28 de enero de 2015 en www.prensalibre.com
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150127/opinion/7647/Combustibles-No-M%C3%A1s-Impuestos.htm

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