Jorge Baldizón aterrizará hoy en España para convertirse en jugador del Celta B. Así al menos lo aseguró, con la camiseta celeste en la mano, el futbolista guatemalteco el pasado martes en su despedida del Deportivo Petapa, el equipo -octavo en la Liga guatemalteca- con el que hasta ahora ha alternando el primer equipo y el filial. El club celtiña dijo entonces, a través de su jefe de prensa, que el acuerdo no estaba cerrado y que, en todo caso, el chico, de 18 años, vendría a reforzar al equipo juvenil.
Esta es una de las extrañas circunstancias que rodean al presunto (el club no lo ha confirmado aún) nuevo fichaje del Celta. Un futbolista cuya presencia en el primer equipo del Petapa ha sido esporádica y que no fue seleccionado para integrar la selección sub 20 que disputa estos días el Premundial de la categoría en Jamaica.
Un jugador que se define como “un falso 9” pero que en su país, que ocupa el puesto 73 en el ranking de la FIFA, es más conocido por ser el hijo del gran favorito a ganar las próximas elecciones presidenciales que por sus méritos sobre el campo. Su principal tarjeta de presentación son los dos goles que marcó con el Petapa, el primero en su debut el pasado mes de septiembre y el segundo, ante Comunicaciones, en noviembre.
De hecho, en Guatemala hay quien ya busca conexiones entre los numerosos negocios de su padre y las empresas del presidente celtiña Carlos Mouriño, que hizo su fortuna en México, mientras se pregunta si el político y empresario no habrá utilizado su poder para ayudar a su hijo a cumplir el sueño de ser futbolista profesional.
Según varios periodistas guatemaltecos, ya en su día compró un equipo de la segunda categoría nacional para promocionar la carrera de su hijo. Jorge ha estado en España en dos ocasiones para probar con diferentes equipos de la Liga, la última vez el pasado mes de diciembre.
El padre de Jorge, el doctor Manuel Baldizón, como se hace llamar aunque varios medios locales le han acusado repetidamente de plagiar su tesis doctoral, es un poderoso empresario de la región de Petén, en la frontera con México. Se metió en política hace más de una década con el sueño de ser presidente. Y no ha reparado en gastos para lograrlo. Ha tejido una completa red de medios de comunicación para promocionar su imagen y su mensaje, eminentemente populista. En las elecciones de 2011, las primeras a las que concurrió, prometió instaurar una decimoquinta paga para todos los trabajadores y llevar a Guatemala por primera vez a un Mundial, además de recuperar la pena de muerte. Entonces quedó segundo. Si se cumple la tradición -desde hace 20 años el candidato que queda segundo gana los siguientes comicios-, este año será presidente.
No Responses