Durante su presentación, Pérez Molina celebró mejoras interesantes en el ámbito económico, las cuales han sido respaldadas por el Ministerio de Economía. Entre ellas están: (i) un crecimiento económico de 4.2 por ciento (0.2 por ciento más de lo que indicó el Banguat), el cual posiciona a Guatemala por encima del promedio de Centroamérica, Latinoamérica y el mundo, (ii) la creación de más de 160 mil empleos formales, cifra histórica para el IGSS, (iii) el ingreso de US$1.4 millardos de inversión extranjera directa, (iv) el registro de una inflación controlada de 2.95 por ciento, el nivel más bajo que el país ha alcanzado en los últimos 20 años, (v) la creación de 145 mil 502 empresas formales en tres años, –46 mil 093 en 2014– y (vi) el incremento de actividad comercial respecto al 2013 –un incremento de US$578.09 millones en las importaciones y de US$781.93 millones en las exportaciones.
Cabe mencionar que estas mejoras son el producto de habernos convertido en un país más competitivo, lo cual se ve reflejado en el avance que la economía ha tenido en distintos índices. Estos son: (i) el Doing Business del Banco Mundial, con 24 economías superadas desde 2012, (ii) el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial, con ocho posiciones escaladas respecto al 2013, ocupando el puesto 78 en el ranking y (iii) el Indicador Global de Facilitación de Comercio del Foro Económico Mundial, con 15 puestos ascendidos respecto al 2013, ocupando la posición 62 en el listado.
Indudablemente, cada una de estas mejoras económicas son de celebrar. Sin embargo, el crecimiento aún es insuficiente. Es de suma importancia que cambiemos el eje del debate hacia la aceleración de los cambios estructurales para crecer de manera incluyente. Según el Banco Mundial, Guatemala tiene una tasa de crecimiento poblacional anual de 2.5 por ciento, una de las más altas en Latinoamérica. A ese ritmo de aumento demográfico, las mejoras económicas mencionadas por el presidente la semana pasada, se traducen en crecimientos per cápitainferiores al dos por ciento.
Nuestra nación no crece lo suficiente para reducir los altos niveles de pobreza que afectan a tantos guatemaltecos. Según presentó Fundesa en el ENADE 2012, Guatemala debe crecer a un promedio de 6.3 por ciento anual en los próximos diez años para reducir la pobreza por debajo del 35 por ciento para el 2021. El país muestra avances en la reducción de varias brechas. Por ejemplo, el hecho que la inversión extranjera se haya duplicado en tan solo cuatro años. A pesar de ello, en 2013, Nicaragua capturó US$93 millones más que nuestros US$1,295.4 ¿Cómo hacemos para duplicar nuevamente la cifra de inversión extranjera en los próximos cuatro años?
Las mejoras económicas son un paso decidido en la dirección correcta. Sin embargo, debemos acelerar la velocidad a la cual se implementan dichas mejoras. No olvidemos que a la administración de Otto Pérez Molina aún le resta 25 por ciento de su período por ejecutar. Ojalá que este 2015, siendo año electoral, los procesos de elecciones no nos distraigan de nuestras metas y que se sigan ejecutando proyectos de impacto. Como país, debemos asegurar un crecimiento incluyente y mejorar la seguridad ciudadana, tanto a nivel de las estadísticas reales como a nivel de la percepción de la población, ya que esto constituye el principal detractor de la inversión extranjera. Debemos también continuar con proyectos como los de Aceleración de Crecimiento Económico (ACE), el observatorio ciudadano Alertos y otras iniciativas impulsadas desde la agenda de Mejoremos Guate para seguir avanzando hacia nuestra meta.
Como ciudadanía, es nuestro deber velar y exigir que nuestras autoridades no se distraigan en “politiquería”. Tampoco nos podemos dejar llevar por discursos ni promesas sin fundamento. Celebremos que vamos en la dirección correcta, pero exijamos acelerar el ritmo.
Publicado el 22 de enero de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Salvador Paiz http://www.elperiodico.com.gt/es/20150122/opinion/7437/Crecimiento-insuficiente.htm
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