PHILLIP CHICOLA

Como ya es norma, la última actuación del Congreso ha desatado el furor público. Y no es para menos. El Decreto 22-2014, que empaqueta el Presupuesto 2015, los bonos para financiar el Presupuesto vigente y una reforma tributaria, volvió a mostrar el carácter patrimonial del sistema. Cuales árbitros de la repartición, el Patriota, Lider y Todos elaboraron un plan de gastos que representa ese ciclo de inversión y rentabilidad que se caracteriza a las campañas.

Veamos los ejemplos paradigmáticos.

Mientras el presupuesto de egresos muestra un congelamiento en las asignaciones a Ministerios y otras instituciones, a las municipalidades –tanto por situado constitucional como por IVA–Paz– se les aumentó unos Q500 millones. Si a ello agregamos la supresión de la prohibición para que los Consejos Departamentales de Desarrollo contraten ONG, resulta evidente el esfuerzo por direccionar recursos hacia las clientelas de alcaldes, gobernadores y diputados. Todos ellos, responsables de generar la estructura partidaria, organizar las redes de activistas y operadores en el terreno y financiar sus respectivas campañas locales.

Aquí no hay pierde. Patriota y Lider son los partidos con mayor presencia territorial, y este presupuesto servirá para sufragar el clientelismo local de cara a los comicios.

Pero la repartición no beneficia únicamente a actores partidistas. En el Ejecutivo, solo Salud y Educación recibieron un aumento presupuestario. Y en ambos casos, esto responde a acuerdos entre autoridades y los sindicatos de maestros y salubristas, tradicionalmente contestatarios, y que recién actuaron como caja de resonancia de las demandas del Gobierno por bonos y presupuesto. La moraleja es que aquí quien chilla y patalea, y sirve a los intereses oficialistas, eventualmente mama de la teta del Estado.

La otra institución con aumento es Comunicaciones, que aparte de su asignación nominal de Q4.9 millardos, recibirá de las Obligaciones a Cargo del Tesoro una módica suma de Q2 millardos más. Agreguemos la eliminación de las Constancias de Disponibilidad Financiera y la potestad de aumentar el subsidio al transporte. Y resulta que hoy el Ministerio de Comunicaciones tiene más discrecionalidad que aquellos responsables por la deuda flotante en tiempos de UNE.

Lider y Patriota acordaron un pacto patrimonial de mutua conveniencia. Los opositores confirmaron la funcionalidad del chantaje, pues ahorcar al Gobierno, retardándole bonos y generándole una crisis de liquidez, fue la llave que les permitió acceder al botín. Mientras el oficialismo obtuvo un último cheque en blanco para su vorágine de corrupción. Y ambos por igual se agenciaron de activos de cara a los comicios. El capital semilla para financiar la campaña es el más evidente. Pero no olvidemos que asegurar la lealtad de clientelas locales, sindicalistas movilizables y transportistas son pasos necesarios para ganar elecciones en nuestro decadente sistema.