Más allá de la niñez y la vejez

Es indispensable la búsqueda de medidas que incluyan no solo a los adultos mayores sino a la niñez y la juventud.
Las sociedades en el mundo además de abogar, deben reflexionar acerca de la importancia que tiene tanto la niñez y la juventud como los adultos mayores en su entorno. Pues además de ser el propulsor del desarrollo social y económico, también son el alfa y omega, el pasado y el presente de la historia que constantemente se escribe en las páginas de la humanidad.
En ese contexto, el 1 de octubre y 20 de noviembre, mundialmente se celebran dos fechas significativas respaldadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Día Internacional de la Personas de Edad y la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CIND), que cumplió 25 años de haberse promulgado.


Ahora bien, en nuestro hemisferio, se enfatiza la despreocupación ciudadana acerca de la exclusión financiera de las personas de la tercera edad, pues tanto las instituciones privadas como las estatales no permiten a ese conglomerado la oportunidad de incorporarse o reincorporarse en el campo laboral. En consecuencia, sus conocimientos y experiencia adquirida por tantos años laborados son subestimados y desechados, siendo marginados social y económicamente. Por ello, el tema del Adulto Mayor en 2014, reforzado por el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, deja implícito el lema “no dejar a nadie atrás” en alusión al principio rector “promoción de una sociedad para todos”.

Por otro lado, la niñez y adolescencia también padece el mismo mal, pues existen niños y jóvenes olvidados por una sociedad que les resulta hostil e indiferente ante su adversidad. Toda vez que son víctimas de prejuicios, desamparo, explotación en sus diferentes manifestaciones, violentando sus principios fundamentales como el derecho a la vida, a la alimentación, a la salud y, sobre todo, a la educación, además de las escasas oportunidades de superación.

Ese conjunto de impedimentos sociales y económicos hizo que la Asamblea General de Naciones Unidas, reconociera y aprobara el 20 de noviembre de 1989, por medio de la CIDN, cuatro derechos humanos inherentes a la infancia, la no discriminación, el interés superior del niño, el derecho a la vida, la supervivencia y desarrollo y, la participación infantil. Sin embargo, los avances de esas normas pueden estar en peligro de regresión derivado de las amenazas latentes de conflictos armados, la pobreza y extrema pobreza, la violencia y las exclusiones en general.

Es indispensable que la población, la iniciativa privada y el Estado se involucren en la búsqueda de medidas que incluyan no solo a los adultos mayores para vivir una vejez con dignidad y decoro, sino también que garanticen la protección de los derechos de la niñez y la juventud. No hay que perder de vista las palabras expresadas por el psiquiatra estadounidense Karl Menninger: “Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad” Por tanto, es imperativa la implementación de acciones que cesen con esos abandonos.

Publicado el 23 de noviembre de 2014 en www.dca.gob.gt por Fernando Lucero
http://www.dca.gob.gt/index.php/section-table-2/item/36998-m%C3%A1s-all%C3%A1-de-la-ni%C3%B1ez-y-la-vejez.html

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