Necios de la esperanza

Cuando terminamos de hablar del  tema de las violencias a las que están expuestos niños, niñas y adolescentes (NNA) en Guatemala, incluyendo por supuesto la violencia sexual, la pregunta que quedó en el aire fue ¿qué hacemos? Ante las rotundas evidencias de nuestro fracaso en la protección integral de la niñez y adolescencia de este país, ¿qué hacemos para revertir la normalización de la violencia y el abandono? Es evidente que no han alcanzado ni las leyes, ni las políticas públicas, ni los magros recursos económicos destinados en los presupuestos de Estado para niñez y adolescencia.  Esto pide medidas radicales y de emergencia, además de una estrategia integral de mediano y largo plazo.
 
 

Jueces, operadores de justicia, oficiales de policía, gente de Asociación la Alianza que trabaja con víctimas de violencia sexual y trata,  y funcionarios públicos de todos los niveles, asociados a esta problemática compartíamos experiencias sobre ello. También un joven de 17 años, a quien volveré luego. Era el cierre de un curso virtual dirigido a personas de todo el país, con los perfiles antes mencionados, involucradas voluntariamente en este ejercicio de formación. Como proyecto piloto, dejó muchos buenos aprendizajes.

Los cuatro módulos tratados fueron 1.) Violencia sexual contra la niñez y adolescencia; 2.) Doctrina de protección integral de la niñez y adolescencia; 3.) Marco legal nacional e internacional sobre los delitos de trata y violencia sexual; y 4.) Procedimientos judiciales por denuncias del delito de trata de personas. A lo largo de cuatro meses, algunas personas se fueron retirando, pero la mayoría (40) terminaron el curso y mostraron mucho interés hasta el final. El trabajo de Alianza, que parte de un enfoque de Derechos Humanos, mantuvo esto como eje transversal de los contenidos del curso y fueron expertos en cada campo los que los desarrollaron. Para el cierre, funcionarios de ALA, PGN y MP, como los licenciados Marvin Rabanales, María Teresa Centeno y Marvin Orellana, entre otros, profundizaron en los temas.

La Alianza había obtenido fondos del departamento de Estado de EE. UU. hace algún tiempo, específicamente para el tema de trata. En ese sentido, las palabras de Stacey Sutton, en representación de la embajada estadounidense, recalcaron la importancia de apoyar la formación para el desarrollo ciudadano y recordaron la complejidad del abordaje del tema de la trata, además de reconocer el trabajo de La Alianza.

Vuelvo al joven Marlon Raúl Castellón Vásquez, estudiante de tercero básico, y a la pregunta que se lanzó: ¿qué hacemos con lo que le pasa a tantos NNA? Pues seguir haciendo, dijimos. Pero este joven no era ni funcionario público, ni operador de justicia, ni miembro de alguna organización o cosa parecida. Al recibir, de parte del equipo de Prevención de La Alianza, un curso sobre “Nuevas masculinidades”, preguntó si podía “explorar” este otro tema. Estudió aceleradamente y ganó, aunque le fue “un poco difícil”. Me dijo: “tenemos un país que queremos cambiar pero no hemos superado muchas costumbres… con la educación podemos comenzar a cambiar los errores del pasado, tener un nuevo camino en el presente y soñar con un mejor futuro”. Un maestro de la esperanza.

Publicado el 31 de julio de 2014 en www.prensalibre.com por Carolina Escobar Sarti
http://www.prensalibre.com/opinion/Necios-esperanza_0_1184881520.html

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