Una de cada cuarenta familias. Imagínese que desapareciera un niño de su cuadra cada semestre porque se fue a Estados Unidos acompañado únicamente de “coyotes”. Y no porque “los engañen los rumores de que ahora ya legalizan a los niños”, pues como le dijeron al periodista Óscar Martínez, de ElFaro.net, un “coyote”, un diplomático y una madre salvadoreña que pagó US$4 mil 500 por llevar a su hijo a EE. UU.: después de 11 años como indocumentada, “ya nadie cree en magias” de legalizaciones. Se los llevan porque no quieren que a sus hijos o hijas “no los maten o las violen cuando lleguen a adolescentes” en los barrios marginales o las aldeas centroamericanas en las que malviven elfaro.net/es/201407/noticias/15683/.
¿Y qué hacemos para frenar esto? ¿El plan de cazar “coyotes” de Obama –aceptado sin chistar por los presidentes de México, Guatemala, El Salvador y Honduras–? Solo será un paliativo y frenará la migración temporalmente. Es como tapar una olla encendida y pretender que los que se están quemando hasta abajo no quieran arriesgarlo todo para intentar salir.
Las fórmulas mágicas no existen, pero ni siquiera estamos haciendo lo básico: pagar impuestos conforme nuestras capacidades para que esos 4 millones de niños pobres (cuyos papás no tienen para pagar impuestos) tengan acceso a educación y no abandonen las escuelas, tengan acceso a centros de salud y que gracias a esa educación después sean plenos y productivos para empleos dignos y seguridad social. ¿Cómo hacemos para lograr este círculo y evitar que expulsemos a 50 mil niños cada año? Impuestos para bienes públicos; bienes públicos (educación, salud); y empleos dignos.
Exactamente es lo opuesto a lo que estamos haciendo. Cediendo más excepciones fiscales, reduciendo la permanencia de niños en las escuelas, administrando Salud y el IGSS con total opacidad, rebajando los mínimos para empleos dignos. No necesitamos campaña electoral anticipada, necesitamos que los movimientos sociales, los grupos de poder y los líderes se sienten y avancen hacia allí: bienes públicos para que todos tengamos oportunidades y no tengamos que expulsar a 50 mil niños y niñas para que no los maten ni las violen cuando lleguen a ser adolescentes.
Publicado el 15 de julio de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Martín Rodríguez Pellecer http://www.elperiodico.com.gt/es/20140715/opinion/250820/
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