Contención del gasto público

Ramón Parellada

No debe sorprender que el gobierno a través del Ministerio de Finanzas Pública (MFP) esté tratando de contener el gasto público. Al fin y al cabo se aprobó el mismo presupuesto deficitario de 2013 para este año. Lo que sorprende enormemente es que se quiera contener el gasto precisamente en aquellas funciones que son propias del gobierno mientras se continúa gastando en las que tienen menos prioridad.

¿A qué me refiero? Pues leo una nota informativa por Urías Gamarro y José M. Patzan, en Prensa Libre de ayer, titulada Finanzas recomienda aplazar graduaciones, en la que la Ministra de Finanzas, María Castro, sugería aplazar hasta el 2015 la graduación de nuevos agentes de la Policía debido a la falta de fondos por la que atraviesa el Estado.

Al elaborar más sus explicaciones, la ministra informó que por las presiones financieras como el ajuste de sueldo que se tendrá que hacer a los maestros y al personal de salud es que sugiere que se atrase la graduación de los policías. Y por la baja recaudación en relación a lo que esperaba propone más deuda. ¿Curioso no? Los maestros y el personal de Salud presionaron con manifestaciones y bloqueos, mientras que los policías potenciales no.

Puedo entender que se quiera contener el gasto. De hecho, al gobierno le falta una buena dosis de austeridad. Lo que no pasa por mi mente es que se quiera sacrificar una de las funciones principales que justifican la existencia de cualquier gobierno como lo es la seguridad sabiendo que este es el principal problema del país. ¿Por qué no eliminar gastos sociales que no son función del gobierno? Por ahí se debe comenzar. Este gobierno ha incrementado el gasto público más allá de los límites, ha inflado y sobre-estimado los ingresos tributarios en sus presupuestos, y ha creado nuevos ministerios, nuevos programas sociales y mucho populismo. Ahí hay que comenzar los recortes.

Si no se recorta como debe ser en esas actividades que no son prioritarias del gobierno entonces no se puede venir ahora a decir que se necesita endeudar más al país. Ya bastante lo ha endeudado este gobierno.

Si una familia se ve en aprietos económicos, lo primero que hace es eliminar los gastos menos prioritarios. ¿Por qué el gobierno no actúa como lo hace una familia? Porque no tiene restricciones, no puede quebrar, no dejará de gastar, puede recurrir a deuda casi ilimitadamente olvidándose que el irresponsable comportamiento de mayor gasto público que no vaya acompañado con la realidad de los ingresos tributarios tendrá como resultado consecuencias nefastas para la economía del país.

Considero que se debería acusar de negligencia a quienes han propuesto presupuestos desfinanciados, con ingresos inflados y sobrestimados y gastos también inflados. Además se debe acusar de negligencia a quienes aprobaron estos presupuestos. También se debe acusar de negligencia a los gobiernos y sus autoridades que irresponsablemente siguen creando programas sociales a costa de la verdadera función del gobierno. Pero no se hará, no prosperaría una acusación así por nuestras leyes y legislación aunque éticamente si correspondería.

Por eso es tan importante que cuando se modifique la constitución se fijen reglas claras al Congreso de la república en cuanto a la aprobación de los presupuestos. Que no sean desfinanciados ni deficitarios, que exista simetría entre ingresos tributarios y el gasto público, que si un proyecto no viene acompañado de sus ingresos no se apruebe y de aprobarse pero que no se reciban los ingresos previstos entonces que no se ejecute. En fin, una cantidad de reglas claras podrían evitar la espiral de deuda, populismo e irresponsabilidad por la que vamos caminando desbocadamente.