Nuestro presidente Otto Pérez Molina nos vendió la idea de “mano dura”, pero traducirlo a la atroz realidad de nuestro país le ha resultado más complicado. La reducción de la criminalidad es uno de los principales retos de este gobierno, sin embargo, en el primer semestre de 2013 se han reportado 2,757 homicidios: 274 más que en el mismo período del año anterior.
Uno de los flagelos más latentes en nuestro país es el femicidio; nuestro país ocupa, según la ONU, el segundo lugar de tasa más alta de femicidios de 44 países en los que ocurre este fenómeno de forma alarmante. En campaña, Pérez se comprometió a crear una instancia que se especializaría en la investigación y prevención de asesinatos contra mujeres. Dos días después de la toma de posesión, puso en efecto el “plan emergente de seguridad ciudadana”, el cual involucra la creación de Fuerzas de Tarea Institucionales, en las que uno de los temas principales de estas fuerzas radica en los femicidios. Aunque el trabajo de las Fuerzas de Tarea ha sido evaluado como una acción positiva; el problema es tan grande que los logros son poco perceptibles.
Recibí, de parte del Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM), un reporte de muertes violentas de mujeres a julio de 2013. El GGM es una organización que se ha propuesto desde 1988 investigar y proponer estrategias de intervención para erradicar la violencia contra las mujeres. Uno de sus objetivos es “promover la reivindicación de los derechos humanos de las mujeres, con actitud propositiva frente al Estado y la sociedad en su conjunto.” Así mismo, mencionan la auditoría social como otro de los puntos que les compete: es este punto el que más llama mi atención, pues considero que no solo podemos observar lo que está sucediendo, sino debemos levantar banderas rojas para buscar soluciones a uno de los flagelos más atroces de nuestro país.
El reporte señala que en mayo y junio de este año se había marcado una tendencia a la baja de las muertes violentas de mujeres respecto a los primeros cuatro meses de 2013.
El problema radica en que la tendencia no fue sostenida y en julio se reportaron —según el Inacif—8 muertes violentas contra la mujer más que en junio. De enero a julio, la cifra de hechos de este tipo alcanza 478 casos: 24.5% más víctimas de femicidio con relación al año pasado. El reporte hace un claro énfasis en que, “a pesar de que las muertes en general se han reducido en los últimos meses, los asesinatos de féminas más bien han aumentado, tanto en términos absolutos como relativos.” Podemos decir que estas cifras nos indican que la estrategia de Pérez Molina, claramente, no está dando las respuestas esperadas.
Resulta de extrema importancia que se amplíen las capacidades del Organismo Judicial para aplicar la justicia de forma efectiva. Se debe continuar con la coordinación que han mantenido el Organismo Judicial, Ministerio Público y el Inacif. Si la incidencia de muertes violentas de mujeres no decrece, los resultados en este rubro serán peores que en el 2012. Y se reafirmará la creciente percepción de que la inseguridad empeoró con este gobierno, para dejar la “mano dura” como un triste recuerdo de lo que alguna vez pudo haber sido y no fue.
Publicado el 16 de Agosto de 2013 en siglo21.com.gt por Juan Manuel Rodríguez García http://www.s21.com.gt/tintes-matices/2013/08/16/mano-dura-contra-femicidio
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