Editorial Siglo21

Ley de Desarrollo Rural importante para el país

 

En el Congreso de la República está por discutirse la Ley de Desarrollo Rural Integral, la cual se encuentra en la agenda de diversos sectores, pero con visiones contrapuestas, por lo que cabe esperar que el proyecto que se apruebe contribuya a resolver diferencias, en vez de promover que estas sean más grandes y peligrosas para la estabilidad social del país.

Las autoridades del Organismo Legislativo consideran que la iniciativa ha sido suficientemente “socializada”, aunque muy poco se conoce a nivel público del contenido general que sería sometido para su discusión y aprobación por el pleno de diputados, lo que no deja de causar algún grado de incertidumbre y desconfianza.

El Consejo Económico y Social (CSE), que está integrado por los sectores empresarial, cooperativista y sindical, ha solicitado al Congreso conocer el proyecto antes de su discusión, con el fin de poder emitir opiniones o realizar alguna propuesta, tomando en cuenta que entre las funciones que la ley respectiva le concede está la de hacer propuestas sobre políticas públicas, como sería este caso particular.

Esta solicitud muestra que aún no se ha debatido lo suficiente el proyecto mencionado, y entonces se corre el riesgo de que la medicina pueda resultar peor que la enfermedad y que, en vez de promover la integración y desarrollo del país, se produzca una mayor polarización sobre un tema que no ha sido fácil de discutir en el pasado.

La actual legislatura está terminando su período con más sombras que luces, y es posible que se intente aprobar la ley como una muestra de trabajo efectivo, pero el peligro de que su contenido no sea el adecuado hace que se sugiera públicamente el que se escuche al CES, una instancia que se creó y existe para buscar soluciones a los problemas socioeconómicos del país.

“No por mucho madrugar amanece más temprano”, dice un refrán popular que bien podría aplicarse a este caso. Lo más lógico en este momento es que se busquen los consensos adecuados y se contemplen todos los puntos de vista, siempre con la finalidad de hacer que la ley que se apruebe pueda producir frutos positivos en el corto plazo.

La conflictividad social que afecta al país tiene muchas de sus raíces en los graves problemas del área rural, razón de más para que el Congreso actúe con responsabilidad al discutir y aprobar una ley que puede tener tanta trascendencia para el futuro del país.

No está de más recordar que la pasada reforma tributaria se aprobó de manera acelerada y con poca discusión, y hoy empieza a saberse de los problemas que surgirán cuando principie a aplicarse el próximo año. En aquel momento existió la justificación de que si no se hacía al inicio de la nueva administración era seguro que no podría llevarse a cabo más adelante.

En este caso no podemos hablar de premura en el tiempo, sino más bien lo que hace falta es que el contenido de la ley sea el más adecuado para la realidad nacional; si no se promueve ese desarrollo integral del área rural, el país seguirá padeciendo de los efectos que produce el que la mayoría de la población viva en niveles de pobreza y pobreza extrema.

Los aportes de grupos con visión de país deben ser tomados en cuenta.

Fuente: Editorial Diario Siglo 21

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