¡Pueden irse al carajo!

Ciento cincuenta personas y entidades presentaron al ombudsman una denuncia en mi contra. Dirigentes de organizaciones que supuestamente defienden los derechos humanos aducen que soy una amenaza contra su vida, y se quejan de que fomento el odio contra ellos. Dicen que lo hago por medio de mis columnas de opinión y las publicaciones de la Fundación Contra el Terrorismo.

No pretendo atentar contra la vida de los industriales de la victimización y los profesionales de la denuncia; pero sí me manifiesto contrario a su forma de vida, que se caracteriza por el parasitismo social. Tampoco es cierto que fomente el odio en su contra; no es necesario, pues ya todos los guatemaltecos decentes los odian.

Me endilgan esos pecadillos unas joyas que comprenden desde añejos militantes del terrorismo, como Julia Esquivel, del EGP, hasta bisoños activistas de la industria de los derechos humanos, tal el caso de Jorge de León Duque, quien se prestó a participar en la payasada armando una ceremonia en la que recibió la denuncia en mi contra, para de manera inmediata darle trámite, convirtiéndose así en comparsa del Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos, que ha pretendido limitar la libre expresión del pensamiento al mejor estilo totalitario. Integran la lista de denunciantes algunos empleados del Ministerio Público (MP) como Mynor Melgar, Javier Monterroso y Freddy Peccerelli, junto a terroristas responsables de mi secuestro: Miguel Ángel Albizures, Gustavo Meoño Brenner, Laura Hurtado Paz y Paz y Enrique Corral Alonzo.

Me niego a ser un medio para que estos parásitos obtengan vehículos blindados, teléfonos celulares y guardaespaldas pagados con nuestros impuestos.

Al presentar su denuncia, los vividores se quejaron de que yo he deslegitimado las funciones del MP, el Organismo Judicial y la Procuraduría de Derechos Humanos. Así, no hacen más que poner en evidencia la relación estrecha entre ellos y los verdaderos responsables de la pérdida de legitimidad de esas instituciones: Claudia Paz y Paz, César Barrientos Pellecer y Jorge de León Duque.

Manolo Vela intenta apuntalarlos citando algunas declaraciones mías a la prensa, que él maliciosamente hace ver como algo que escribí en mis columnas (elPeriódico, 2 de junio de 2013). Actitud de quien estudió una carrera que en Latinoamérica generalmente no da de comer, si no es formando parte de la legión de parásitos.