La crisis camina sola

Los bandos están abiertamente definidos.
 
La clase política no se ha enterado que está en crisis. El MP y la CICIG finalmente la ha pillado con las manos en la masa y la gente se ha indignado. Es una indignación profunda y extendida que los políticos menosprecian. En un país normal la mayoría calificada del Congreso ya habría renunciado, igual que el presidente de la República y la mayoría de quienes integran su gabinete. El TSE habría aplicado masivamente el Artículo 113 de la Constitución y ante la ausencia de “capacidad, idoneidad y honradez”, revocarían su propia convocatoria. Un gobierno de transición y unos diputados en verdad apenados estarían produciendo las reformas políticas e institucionales para regenerar el sistema y darle horizonte al Estado.

Acá, no. Los diputados van a tensar la pita hasta el último momento y, si acaso, aprobarán las reformas que a ellos les conviene. Están con el cronómetro en mano esperando a que sea 6 de septiembre. Según ellos ahí van a adquirir un nuevo tanque de oxígeno y el primer día 15 a las 15:00 horas del próximo año darán los golpes de efecto que supuestamente les legitimarán, volviéndolos intocables durante la siguiente década. No están dispuestos a tapar la marimba y que se acabe su fiesta.

La sociedad conservadora no sabe qué hacer. Teme que se les mueva el suelo y parece resignada a que esta clase política se haga de todas las llaves de carcelero de la sociedad entera. La sociedad liberal protesta y propone, pero los diputados les juegan la vuelta. Tres actores en línea –empresarios, sociedad civil y comunidad internacional– no logran ejercer presión sobre el mismo punto ni al mismo tiempo, y la clase política se les escabulle como pez entre las manos.

Esperemos entonces al 6 de septiembre. Veamos qué tanto les retornan sus multimillonarias “inversiones” de campaña a los políticos. Si cada voto en las pasadas elecciones les costó Q75, ahora no será menos de Q150, por el abstencionismo y el simbólico voto nulo. A las empresas que levantan encuestas de intención de voto les está costando cuadrar el círculo. Casi la mitad de los entrevistados se niega a responder los cuestionarios porque rechazan a esos políticos. Cuando el diseño muestral se descuadra de manera tan notable se introduce un sesgo en los resultados. Así que a las cifras que nos enseñan hay que aplicarles un descuento. Por ejemplo, a un candidato que aparece con 30 por ciento de intención de voto deben restárseles alrededor de nueve puntos, y así sucesivamente.

La crisis camina con su propio combustible, no importa que nos encontremos en un callejón sin salida. Los bandos están abiertamente definidos: la sociedad vs. las mafias.

Publicado el 16 de julio de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Edgar Gutiérrez 
http://elperiodico.com.gt/2015/07/16/opinion/la-crisis-camina-sola/

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *