Justicia transicional

Se conoce por “justicia transicional” a la serie de medidas de verdad, justicia, reparación y no repetición, de carácter judicial y político que los diversos Estados emplean para enfrentar el legado tras enfrentamientos armados, dictaduras o masivas violaciones a los derechos humanos. El párrafo anterior suena bonito, pero en la práctica hemos visto cómo en nuestro país, debido primero a un precario sistema de justicia y la escasa cultura política, el caso sobre el delito de genocidio ha evidenciado grandes diferencias. Siempre latentes, pero no reconocidas.
 

Unos aplauden, otros son escépticos y otros condenan. ¿Vamos a resolver esto de forma plebiscitaria? ¿Vamos a ver cuál de las opciones es la más popular en las redes sociales? No somos el primer país que enfrenta los retos de la justicia transicional y de allí que debemos entenderla como una dinámica que encierra no solo el aspecto judicial, sino también el político y allí entramos todos. Es triste que en una encrucijada tan delicada el Congreso brille por su ausencia, allí debería estar el debate político nacional.

En el proceso nadie negó las masacres. Ni los defensores negaron. El punto gravita en torno a la intención, es decir, ¿fueron los ixiles en un momento preciso considerados como enemigos? ¿Existió una orden institucional, tal como sí sucedió en crímenes urbanos, para atacar a los ixiles por ser ixiles?

Las preguntas anteriores no las resolveremos en la prensa, sino deben ser los jueces. Ahora bien, se denuncia que existieron violaciones al debido proceso y se hacen llamados públicos a nuestro tribunal constitucional para anular una condena y una absolución. Sin tomar bandera: ¿es serio que un juicio visitado por las salas de apelaciones, Corte Suprema de Justicia y Corte de Constitucionalidad se anule después de sentencia cuando se pudo suspender la competencia del tribunal y ejecutar esa orden? De plano, la respuesta es a la negativa.

Si un juez de Primera Instancia viola derechos, el sistema está hecho para que los tribunales superiores corrijan las deficiencias. Sin importar si el corazón late a la derecha o a la izquierda, sí es unánime que solo si se reconoce el dolor de las víctimas y existen acciones estatales se promueve la confianza y se construye el estado de Derecho.

Muchos han dicho que es impensable que la terrible G2 no haya estado enterada, igual, la justicia resolvió y eso debemos respetarlo. Ejercer presión sobre jueces y magistrados no solo no es ético, sino es, sobre todo, ilegal.

Un juez, lo primero que merece es respeto. Acá unos denuncian a los jueces y otros les aplauden. La falta de confianza en el sistema de justicia es el común denominador. Esto es lo que no queremos para nuestros hijos. Respetemos la dinámica del proceso y si bien es un derecho criticar, primero leamos la sentencia y después, ya enterados, hablemos y opinemos.

Si el fallo hubiera sido a la inversa, los que aplauden estarían acusando de prevaricadores a los mismos, por eso la justicia es cosa seria y no es, ni por asomo, un asunto electoral.

Publicado el 15/05/2013 en www.prensalibre.com por ALEJANDRO BALSELLS CONDE
http://www.prensalibre.com/opinion/Justicia-transicional_0_919708037.html
 

 

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