Opinión. Philip Chicola. Sobre la Ley de Desarrollo Rural indicó “Se volvió a polarizar a un país fracturado. La sensación es que la Iniciativa 4084 constituye un juego que suma cero: lo que gane el campesinado, lo pierde el empresariado; o viceversa. ¡Así no se hacen las leyes! El rol del Presidente, como representante de la unidad nacional, quedó en segundo plano ante su deseo de imponer, vía la aplanadora clientelar, una iniciativa que más que favorecer el desarrollo, solo agudiza las grietas sociales e ideológicas. Otto Pérez ha convertido la 4084 en otra aventura, similar a la Reforma Constitucional, quizá con el fin de lavarse la cara ante las organizaciones sociales luego de Totonicapán. Pero en el proceso abandonó su propuesta de campaña. En fin, valdría la pena rescatar algunos conceptos esbozados en el plan de gobierno y poner fin, de una vez por todas, a este parte-aguas político”.
Polarizando el Desarrollo Rural
El Presidente abandonó su propuesta de campaña.
El debate sobre la Ley de Desarrollo Rural volvió a polarizar a un país fracturado. La sensación es que la Iniciativa 4084 constituye un juego que suma cero: lo que gane el campesinado, lo pierde el empresariado; o viceversa. ¡Así no se hacen las leyes!
El rol del Presidente, como representante de la unidad nacional, quedó en segundo plano ante su deseo de imponer, vía la aplanadora clientelar, una iniciativa que más que favorecer el desarrollo, solo agudiza las grietas sociales e ideológicas. Otto Pérez ha convertido la 4084 en otra aventura, similar a la Reforma Constitucional, quizá con el fin de lavarse la cara ante las organizaciones sociales luego de Totonicapán. Pero en el proceso abandonó su propuesta de campaña.
¿Dónde quedó la Agenda del Cambio? Aquella que en su Capítulo V, dedicado al Desarrollo Rural, define como ejes: el ingreso rural, las economías de subsistencia y encadenamientos productivos; la recuperación de agua, suelo y bosque; los recursos naturales; el ordenamiento territorial; y la certeza jurídica. De ellos, solo la economía de subsistencia está reflejada en la Iniciativa, pero con enfoque opuesto. En la Agenda del Cambio la aspiración es facilitar la migración campesina de la producción de subsistencia a una excedentaria. La 4084 no menciona, ni de paso, dicho objetivo.
En lugar de casarse con la 4084, el gobierno debería aprovechar su capital político para implementar una estrategia que realmente contribuya con el desarrollo. ¿Para qué otro Ministerio? Mejor empezar por reformar la institucionalidad existente. Hay que rescatar de las garras de la corrupción al sistema de Consejos de Desarrollo; es necesario coordinar a los Ministerios de Agricultura, Economía y Desarrollo, además del Fondo de Tierras y la Secretaría de Asuntos Agrarios para eliminar la duplicidad de funciones y el desperdicio de recursos. Es imperativo desarrollar programas de empresarialidad rural, de encadenamientos y de apoyo a la productividad. Hay que orientar la construcción de infraestructura a las zonas rurales, eso sí, priorizando la transparencia, y no el pago a
financistas.
En fin, valdría la pena rescatar algunos conceptos esbozados en el plan de gobierno y poner fin, de una vez por todas, a este parte-aguas político.
Fuente: Columna publicada en ElPeriódico